La postura de China respecto a los aranceles impuestos por EE. UU.

Antes de entrar en la Casa Blanca, Trump anunció su intención de aumentar los aranceles sobre los productos chinos, y tras el comienzo del Año Nuevo chino lunar (el Año de la Serpiente), el presidente de Estados Unidos firmó un decreto para imponer un arancel del 10 % a las importaciones procedentes de China. Si bien el arancel del 10 % es inferior al 25 % aplicado a Canadá y México, este gravamen resulta una nueva imposición que se suma a la base arancelaria original, con lo que la fricción comercial entre Estados Unidos y China se ha intensificado. 

¿Cuál es la postura de China respecto a los aranceles impuestos por Estados Unidos?

En primer lugar, China considera que este nuevo gravamen está destinado a interferir gravemente en el intercambio comercial normal entre China y Estados Unidos, lo que no solo perjudica a las empresas chinas, sino que también eleva directamente el coste del consumo interno en el país norteamericano, dañando así los intereses del pueblo estadounidense. La política arancelaria del Gobierno de Estados Unidos es un simple medio de presión económica que dificulta el flujo normal del comercio y distorsiona el patrón de comercio mundial, teniendo en cuenta que la lógica subyacente de los intercambios en beneficio de la humanidad radica en el comercio justo.

En segundo lugar, la decisión de Trump se contempla como una táctica para forzar que la otra parte haga concesiones, táctica que ha demostrado ser efectiva con Canadá y México. El 22 de enero, justo después de la ceremonia de investidura presidencial, Trump declaró que «estaba considerando» imponer aranceles a los productos chinos, canadienses y mexicanos a partir del 1 de febrero. Esta «consideración» era más bien una estrategia para lograr que la otra parte hiciera concesiones. Canadá prometió aumentar su presupuesto en 1300 millones de dólares canadienses para la compra de helicópteros y equipos de vigilancia de cara a reforzar el control fronterizo, así como el nombramiento de un comisionado para detener el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos. Por su parte, México se ha comprometido a enviar 10 000 militares adicionales a la frontera entre México y Estados Unidos para ayudar a la parte estadounidense a frenar el contrabando de fentanilo, y al mismo tiempo reforzar el control de la inmigración ilegal. ¿Qué han obtenido Canadá y México a cambio de sus concesiones? Tan solo una prórroga arancelaria de 30 días. En la ronda actual de imposición de aranceles a China, Trump aplicó el mismo enfoque al afirmar que «negociaría» con China en un plazo de 24 horas. Es decir, está tratando de utilizar los aranceles para lograr que China claudique, ya sea para comprar más productos estadounidenses, para hacer concesiones sobre las cuestiones del Mar Meridional de China o Taiwan, o bien para vender la participación accionaria de TikTok a un precio bajo. 

En tercer lugar, parece que todas las partes podrían salir perdiendo. Por un lado, la imposición de aranceles tendrá un impacto negativo considerable en el comercio exterior de China. Por otro, y aunque puede reducir el déficit de la balanza comercial estadounidense, la realidad es que el juego económico no es un juego de suma cero. En este sentido, la política arancelaria de Trump de «empobrecer al vecino» tendrá inevitablemente un impacto negativo en la propia economía estadounidense. Como las dos principales economías del mundo, China y Estados Unidos son altamente complementarias en términos de las cadenas industriales y de suminsitro, de manera que la guerra comercial no sólo debilita el espacio para la cooperación bilateral, sino que también representa una amenaza para la estabilidad económica mundial. Incluso desde el punto de vista de EE. UU., los aranceles también elevarán el costo de las importaciones, lo que ha de resultar en un aumento de los precios y por ende en un mayor riesgo de inflación en EE. UU. El Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés) estima que el plan arancelario de Trump supondrá una pérdida de unos 1700 dólares anuales para los hogares estadounidenses de ingresos medios. 

En cuarto lugar, en comparación con la última ronda de guerra comercial, China tiene ahora más confianza y una capacidad de respuesta más calmada. Las fricciones comerciales entre China y EE. UU. se han prolongado durante casi 20 años, y en todo este tiempo China no ha sido derribada por el «palazo arancelario», ni ha sido aplastada por el «bloqueo de chips», sino que, por el contrario, se ha fortalecido cada vez más, y su enorme volumen económico siempre ha mantenido un impulso de crecimiento. La innovación científica y tecnológica no sólo no se ha detenido, sino que también ha producido plataformas innovadoras representadas por TikTok, y nuevos avances en el campo de la inteligencia artificial como se ha podido comprobar recientemente con DeepSeek.

Quinto, la estrategia antiglobalización seguida por Estados Unidos trata de contener a China en el comercio, las finanzas, la ciencia y la tecnología y otras áreas, pero esto no significa que China no tenga forma de vivir sin Estados Unidos. Desde el punto de vista interno, China tiene un enorme mercado de 1400 millones de personas, el volumen de la demanda interna es suficiente para proporcionar un fuerte apoyo al desarrollo económico, y una cadena industrial completa es capaz de permitir a China soportar cualquier turbulencia e impacto causados por los cambios en la situación global. A escala internacional, el «sur global» está en alza y representa más del 40 % de la economía mundial. Apoyándose en mecanismos de cooperación multilateral como los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghai Plus y la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China está construyendo un sistema de comercio mundial diversificado que le protegerá de manera eficaz contra los efectos negativos del bloqueo y la represión unilateral impuesta por Estados Unidos.

Finalmente, China sostiene que «desacoplar y romper la cadena» no es una solución, sino que la cooperación mutuamente beneficiosa es la única vía para lograr el desarrollo común. La estrategia de «patios pequeños y muros altos» no es la forma de actuar de una gran nación; el desarrollo y el disfrute conjunto son las formas de beneficiar a la humanidad. De cara al futuro, con el continuo avance de su modernización, China afirma que seguirá ampliando los intercambios económicos y comerciales con el mundo, y promoviendo la construcción de una comunidad de destino compartido para la humanidad al tiempo que logra su propio desarrollo, inyectando más estabilidad a la economía mundial.