La semana pasada tuve el placer de asistir a la Tercera Conferencia sobre la Integración del Desarrollo Cultural y Tecnológico de la Franja y la Ruta, celebrada en Beijing, donde un conjunto de líderes políticos, artistas y empresas tecnológicas, aportaron su visión sobre el papel de la inteligencia artificial en el futuro de la cultura.
Mientras Occidente se centra en debatir sobre derechos de autor o cómo proteger la cultura y la tradición frente a la IA, pero tratándola más como un posible enemigo que como un aliado, China ofrece una visión mucho más práctica, rica y, por supuesto, planificada.
Más allá de una simple herramienta para mejorar la productividad, la IA se presentó como un vehículo para la revitalización cultural y la expansión de la influencia china a nivel global.
Este enfoque, que como decía, contrasta con las narrativas más “ansiosas” o distópicas de Occidente, se centra en una integración progresiva y ordenada, una dirección estratégica y, lo que me parece más importante, la fusión de los valores culturales propios con la tecnología.
Soberanía de IA: la necesidad de un «Corazón Chino»
El tema más recurrente de la conferencia fue la urgencia de construir una «soberanía de IA» cultural.
Varios ponentes expresaron su preocupación por el dominio de los modelos de IA entrenados predominantemente con datos occidentales, lo que inevitablemente produce resultados con sesgos culturales, estéticos e ideológicos.



El artista Shu Yong, quien ha dedicado los últimos tres años a crear arte con IA, fue el defensor más vehemente de esta idea. Argumentó que para que la IA sirva verdaderamente a la civilización china, debe ser alimentada con su propia herencia cultural.
«Debemos utilizar nuestra propia base de datos culturales para entrenar nuestros modelos de IA. Solo así podremos cultivar una inteligencia artificial que posea un ‘corazón chino’ y comparta los valores chinos, para que la IA pueda servir mejor a nuestro pueblo y a nuestra construcción nacional«, afirmaba Shu Yong, Miembro del CPPCC Nacional y artista.
Me parece muy importante resaltar que esta perspectiva hace ver que el desarrollo de la IA más que un desafío puramente tecnológico, pasa a ser casi un imperativo para preservar los valores y la cultura. La idea no es simplemente competir en rendimiento, sino garantizar que la IA generativa, que dará forma a la cultura futura, piense y cree de forma alineada con la estética y la filosofía chinas.
Wang Chunfa, ex director del Museo Nacional de China reforzó esta idea desde la perspectiva de la preservación, es decir, destacando la necesidad de establecer «mecanismos efectivos para la integración profunda de la cultura y la tecnología» que aseguren que el patrimonio digitalizado no solo se almacene, sino que se convierta en un recurso vivo para las futuras generaciones de IA.
Personalmente, esto em parece un punto importante sobre el que creo que en Europa y EEUU no se pensando demasiado aún.
Mentalidad de integración vs. ansiedad de reemplazo
Otro punto clave muy diferente al discurso occidental es la mentalidad de «integración» en lugar de la «ansiedad de reemplazo». Mientras que en Occidente el debate a menudo se enmarca en términos de «IA vs. humanos» o el temor a la pérdida de empleos creativos, los ponentes chinos presentaron un modelo de simbiosis.
Podemos decir que China ofrece un enfoque estructurado y bien pensado que contrasta con la idea caótica que tenemos en Occidente.
Shu Yong habló durante la conferencia de la necesidad de tener «mentalidad de IA» y de no convertirnos en lo que él llama «refugiados de la IA», que son aquellos que temen y evitan la tecnología en lugar de verla como una extensión de la inteligencia humana.
«La IA no es una fuerza externa que viene a reemplazarnos. Es un espejo de nuestra propia inteligencia, una cámara y un revelador para los pensamientos que ya existen en nuestra mente. La pregunta no es qué puede hacer la IA, sino qué queremos que haga.», afirmó Shu Yong.
La IA como estrategia nacional y herramienta de influencia
Finalmente, la conferencia dejó claro que la fusión de la cultura y la tecnología no es un mero ejercicio académico o artístico, sino una piedra angular de la estrategia nacional de China.
La conexión explícita con la Iniciativa de la Franja y la Ruta pone de manifiesto la ambición de utilizar la tecnología como un vehículo para la diplomacia cultural y la expansión de la influencia global de China.
Guo Tong, Presidente de CMG Online, habló de crear un «nuevo ecosistema de ‘IA + Tecnología cultural'» que no solo revitalice la cultura china internamente, sino que también la haga más accesible y atractiva para una audiencia global.
Una vez más, creo que China está haciendo las cosas distintas, pero desde la raíz, con una mentalidad y una visión geopolítica, fuerte y bien planificada.
A la vez que Occidente sigue debatiendo sobre la ética, la contención de riesgos y la individualidad en la era de la IA, o las empresas occidentales tratan de ver cómo mantenerse en pie frente a lo que entienden es un enemigo, China entiende perfectamente que no hay que bordar simplemente una estrategia tecnológica, sino un proyecto de civilización, y avanza con una hoja de ruta clara: construir una IA que no solo sea inteligente, sino sabia según sus propios términos culturales.
El objetivo de China es claro: dar forma a un futuro donde la tecnología no diluya su cultura, sino que la magnifique, asegurando que el «corazón chino» de la máquina lata con fuerza en el escenario mundial.


