La Fundación Cátedra China organizó junto a la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing y la Fundación Universidad Iberoamericana (FUNIBER) y con el respaldo de la Asociación China para el Fomento del Intercambio Internacional de ONG y del Centro Europa-África del Buró de Publicaciones en Lenguas Extranjeras de China (China Today), el Foro de Cooperación entre China y los Países de Lengua Española y Portuguesa 2025.
Un encuentro en el que el presidente de FUNIBER, Santos Gracia Villar, el director de Relaciones Institucionales de la Fundación Universitaria Iberoamericana y de la Cátedra FUNIBER de Estudios Iberoamericanos y de la Iberofonía y profesor de la Universidad Europea del Atlántico, Frigdiano Álvaro Durántez Prados y el rector de la Universidad Internacional Iberoamericana-UNINI, de México, Luis Dzul , analizaron la importancia estratégica de fortalecer la alianza entre China y los países de la Iberofonía, un espacio multinacional que aglutina unos 30 países y más de 900 millones de personas. Es decir, es el gran bloque geolingüístico del mundo, no solo por su tamaño demográfico sino por el peso internacional del español y el portugués.
Debido al alcance y la magnitud de esta comunidad, y en el marco del viaje de Estado de los Reyes a la República Popular China, las intervenciones destacaron que esta alianza entorno a la lengua es valiosa no solo para China y los países ibéricos, sino para toda la comunidad internacional en un contexto global dominado por la cultura anglosajona. Es por lo que frente a esa homogeneización, los participantes en el Foro defendieron la necesidad de una globalización más plural, equilibrada y diversa, donde existan múltiples polos culturales cooperando.
Santos Gracia
De hecho, para Santos Gracia, presidente de FUNIBER, China tiene en el espacio de la Iberofonía un socio «natural» para la cooperación global en un momento en el que el mundo se encuentra inmerso en un proceso de globalización que, todavía «sigue definido y determinado por patrones, pautas y cosmovisiones marcadamente occidentales, y canalizadas, siempre, a través de un instrumento comunicativo concreto, que es el idioma inglés». Un idioma que si bien destaca su utilidad económica y comunicativa inmediata, señaló que a medio plazo «contribuirá decisivamente a la homogeneización y unificación cultural de la humanidad en torno a unos parámetros muy concretos, porque los idiomas son también «portadores de valores y de formas de ver el mundo».
Es por lo que tras anunciar la firma de una Alianza para la Cooperación China-Países Ibéricos, centrada especialmente en la educación y con FUNIBER como actor principal, Santos Gracia aseguró que la unión entre China y el Mundo de Lenguas Española y Portuguesa es clave para garantizar una humanidad más plural y diversa en un marco de concordia y de prosperidad compartida. «Pensamos que la promoción recíproca de nuestras culturas a través de la educación representa una medida indispensable. Y, en particular, el idioma español puede convertirse en un instrumento estratégico fundamental para lograr esos fines, para evitar una globalización cultural y lingüísticamente empobrecedora para todos».
Frigdiano Álvaro Durántez
Dos idiomas, el español y el portugués, que aparecen como un instrumento estratégico que China puede incorporar para proyectarse con mayor eficacia hacia América, Europa y África, donde el país asiático tiene crecientes intereses económicos, geopolíticos y educativos. Como defendió Frigdiano Álvaro, el español, unido al portugués, ayudaría a China a proyectarse globalmente y a fomentar un orden internacional multipolar, cooperativo y sin hegemonías, alineado con la idea de China de una Comunidad de Futuro Compartido. «La gran civilización China y el mundo de Lengua Española y Portuguesa están destinados a fortalecer su amistad en beneficio de toda la humanidad», afirmó durante su discurso Frigdiano. «El español es un factor que puede contribuir a moderar y equilibrar objetivos de hegemonía unilateral, en línea con la doctrina china que busca un orden alternativo contrario a la unipolaridad, articulando un nuevo modelo de relaciones internacionales para alcanzar un mundo sin hegemonías donde imperen los valores compartidos y la colaboración entre las naciones».
Es por lo que la amplia incorporación educativa del español por China como idioma de proyección estratégica puede no solo favorecer la presencia de China en determinadas regiones de lengua española y portuguesa sino que puede contribuir » a equilibrar y moderar una globalización mundial cultural, lingüística, y todavía económicamente, determinada en todos lo sentidos por el idioma inglés y las potencias que lo hablan». Y es que, apuntó, «no es posible revertir esa hegemonía global liberal utilizando de modo general y único su propio y principal canal de comunicación y de influencia».
Luis Dzul
Por su parte, el rector de la Universidad Internacional Iberoamericana-UNINI, de México, de la Red de FUNIBER, Luis, Dzul, destacó que si bien las dos civilizaciones están distantes en el espacio, han compartido a lo largo de los años el mismo objetivo común: «prosperar conforme a principios de orden, racionalidad y respeto a la integridad y soberanía de las demás naciones». Por ello, bosquejo el desarrollo del pensamiento filosófico y político que sustentó la estabilidad interna y la proyección exterior de ambas civilizaciones: el confucianismo en China y la filosofía política y jurídica de corte católica en el mundo Hispánico. Asimismo, analizó el proceso histórico que las conectó durante la llamada primera globalización, cuando el llamado Galeón de Manila unió por primera vez de manera estable los océanos y las distintas naciones del planeta.
Y es que, explicó, la relación entre China y el mundo Hispánico no se redujo ni lo hace ahora, por tanto, aun mero intercambio comercial, sino que puede entenderse como una relación entre dos racionalidades imperiales que, desde distintas configuraciones, buscaban el equilibrio y la permanencia del orden frente al caos geopolítico». Es por lo que tras repasar la evolución, y asegurar que la «historia de los encuentro entre China y el Mundo Hispánico nos enseña que las civilizaciones no se definen por su aislamiento, sino por su capacidad para relacionarse sin perder su unidad e identidad, Dzul apostó porque la misma racionalidad política ejercida entonces, basada en el comercio controlado y la búsqueda del beneficio mutuo, puede inspirar hoy nuevas formas de colaboración en los campos de la educación, la ciencia, la tecnología y la economía.





