Cuando leí que China había activado recientemente la primera red 10G del mundo, lo primero que pensé fue:
¿Te imaginas descargar una película 4K en un par de segundos?
No estamos hablando de un prototipo ni de un laboratorio.
Hablamos de una red funcional, operando hoy, con velocidades reales que bordean los 9.834 Mbps de descarga y 1.008 Mbps de subida, usando tecnología 50G-PON, la más avanzada en fibra óptica a nivel global.
Pero después vino la reflexión más profunda:
¿Y qué pasaría si este salto no es solo tecnológico, sino estructural… y países como los nuestros no están preparados para la velocidad del cambio?
Hay algo que me llamó inmediatamente la atención cuando vi la noticia.
Recordé la primera vez que probé 5G en China, precisamente en Shenzhen en 2019, cuando Huawei y China Mobile habían desplegado los primeros pilotos comerciales a gran escala. Ese día descargué un archivo pesado en apenas segundos.
Pensé:
“Si esta es la prueba piloto… ¿cómo será la versión final?”
Hoy, en 2025, ya tengo la respuesta: 10G es una versión madura multiplicada por diez.
Qué significa realmente 10G
Conviene aclararlo:
– El 5G comenzó su despliegue comercial en China en 2019.
– En 2020, China ya era el mayor mercado 5G del mundo por conexiones activas.
– La próxima generación móvil, 6G, tiene hoja de ruta oficial para 2030, impulsada por el estándar IMT-2030.
– Por lo tanto, 10G no es “la décima generación” de nada.
“10G” es simplemente velocidad: diez gigabits por segundo a través de fibra óptica.
Una capacidad que permite descargar 20 GB en pocos segundos y operar ciudades completas en tiempo real.
No es una mejora incremental.
Es un cambio de escala.
Xiong’an 2025: la ciudad diseñada para el futuro
El despliegue ocurrió en Xiong’an New Area, una ciudad creada en 2017 por mandato del Consejo de Estado chino para convertirse en un polo estratégico de innovación y descongestionar la región de Beijing.
Desde su anuncio oficial, Xiong’an ha sido planteada como:
– una ciudad inteligente gestionada por IA,
– un centro de pruebas para vehículos autónomos (pilotos desde 2021),
– un ecosistema de gemelos digitales urbanos (desde 2022),
– un nodo verde y tecnológico para la visión 2035 de China.
Que justamente ahí se haya encendido la primera red 10G del planeta no es casualidad.
Es parte de una estrategia de Estado que viene madurando desde hace más de 15 años, desde el plan Made in China 2025 (publicado en 2015) hasta los programas actuales de modernización industrial.
China no prueba tecnologías.
Prueba ecosistemas completos.
¿Qué pasa con Hispanoamérica?
Aquí es donde entro en reflexión más personal.
La velocidad promedio de internet fijo en varios países de nuestra región ronda, según Speedtest, entre 30 y 70 Mbps en 2024.
Chile, uno de los más avanzados, ofrece planes gigabit… pero en la práctica la mayoría de los usuarios obtiene entre 200 y 400 Mbps reales.
Ahora comparemos con China:
– En 2020, ya tenían más de 500 millones de conexiones de fibra óptica.
– En 2022, su velocidad promedio superaba los 150 Mbps.
– En 2024, comenzaron pruebas con 10G en entornos controlados.
– En 2025, la red se hizo operativa.
Mientras gran parte de Hispanoamérica sigue luchando con la conectividad básica, China avanza con proyectos que requieren pensar a 10, 15 y 20 años plazo.
En mi opinión, la brecha no es técnica.
Es estratégica.
Un punto que no puedo dejar fuera
La disputa tecnológica entre China y Estados Unidos no empezó ayer:
– En 2018, EE.UU. inició restricciones a Huawei.
– En 2020, se ampliaron los controles sobre semiconductores.
– En 2023, se reforzó el bloqueo a chips avanzados.
– En 2024, China respondió acelerando inversión en conectividad, IA y fotónica.
– En 2025, China lanza la primera red 10G del mundo.
Cada acción tiene una reacción.
Y cada reacción china demuestra que ha optado por una estrategia de independencia tecnológica.
No compite solo en 5G o IA.
Compite en infraestructura, el terreno donde se define la economía digital del siglo XXI.
Opinión personal: el punto que más me inquieta
Después de más de dos décadas viendo la evolución de China, creo que esto no es un simple salto tecnológico.
Es China diciendo, con hechos —no con discursos—:
“Nosotros marcamos el ritmo. El mundo decide si lo sigue.”
Y honestamente, lo que más me inquieta no es la velocidad del 10G.
Es la lentitud con la que muchos países, incluyendo los nuestros, siguen discutiendo temas que China resolvió hace más de una década.
Mientras allá se planifica a 2050, aquí seguimos atrapados entre la burocracia, la falta de visión y debates que envejecen antes de ser aprobados.
Para mí, este hito confirma algo que vengo diciendo hace años:
El futuro no dependerá del país con más talento, más creatividad o más recursos…
dependerá del país que entienda que la infraestructura es el poder.
Y hoy, nos guste o no, China está construyendo ese poder a una velocidad que el resto del mundo aún no puede igualar.
China activa la velocidad 10G elevando el estándar mundial de infraestructura digital


