China está envuelta este miércoles, 12 de febrero, en la celebración del Festival de los Faroles, una festividad con la que se pone fin a las celebraciones del Año Nuevo chino, en esta ocasión, el Año de la Serpiente. Este festival, que este año cae el 12 de febrero porque es el decimoquinto día del primer mes según el calendario lunar chino, es una fiesta tradicional que cumple más de 2000 años, al remontarse su origen a la dinastía Han (206 a. n. e. – 220 d. N. e.).
El emperador Ming de Han era un budista devoto que se dio cuenta de que los monjes budistas encendían faroles el día 15 del Año Nuevo lunar. Es por lo que para conmemorar esta tradición, el emperador Ming ordenó a todas las personas, palacios y templos que también encendieran faroles.
El Festival de los Faroles se llama 元宵节 Yuánxiāo jié en chino porque la festividad cae en el primer mes lunar, que se conoce como el mes de 元 yuán. Por otro lado, 宵 xiāo era la antigua palabra china para 夜 yè, ambas significan “noche».
Las tradiciones populares de esta celebración familiar incluyen colgar farolillos, en muchas ocasiones con acertijos escritos, las danzas de leones y dragones, desfiles y exhibiciones de fuegos artificiales. Además, el hecho de soltar farolillos podría simbolizar que la gente deja ir su yo pasado, mientras la luna llena está presente.
Una costumbre que se mantiene a lo largo de los años y que tiene las albóndigas dulces hechas con harina de arroz glutinoso y rellenas de pasta de sésamo negro y servidas en una sopa templada como comida típica de este día. En el norte se llaman yuánxiāo (元宵) y en el sur tāngyuán (汤圆), parece que hay algunas diferencias muy sutiles: la forma de elaboración, el grosor de la masa, el relleno… pero son casi iguales a mi entender.
El uso o el tabú de homófonos refleja la inclinación de la psicología china a buscar lo afortunado y auspicioso e intentar evitar lo desafortunado. Yuán Shìkǎi (袁世凯), general de alto rango de finales de la dinastía Qing que en 1912 se autoproclamó presidente de la República de China y, posteriormente, emperador del Imperio Chino, fue un ejemplo extremo de ello. Ordenó cambiar el nombre de la comida típica del Festival de los Faroles de yuánxiāo a tāngyuán, porque el nombre original yuánxiāo (元宵) tiene la misma pronuciación que si dijeramos “la desaparición de Yuan” (袁消- Yuán xiāo).