La plaza de Tiananmén se convirtió este miércoles en el escenario central de la conmemoración del 80º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial. Ante la presencia de 26 jefes de Estado y de Gobierno y alrededor de 50.000 espectadores, el presidente Xi Jinping llamó a “recordar la historia, honrar a los mártires, apreciar la paz y crear el futuro”. Un desfile militar que comenzó con ochenta salvas de cañón —una por cada año transcurrido desde la rendición de Japón en 1945— y sirvió para mostrar el fortalecimiento del Ejército chino. Una modernización del ejército cuyo objetivo no es solo garantizar la seguridad nacional, sino también “hacer mayores contribuciones a la paz y al desarrollo global”.
Y es que en un momento en el que el mundo se enfrenta, según Xi Jinping, a la disyuntiva entre “paz o guerra, diálogo o confrontación”, China tiene claro el camino a elegir: “Seguiremos defendiendo el desarrollo pacífico, promoviendo la cooperación internacionales y construyendo una comunidad con un futuro compartido para la humanidad”.
Tras su intervención, Xi pasó revista a 45 formaciones del Ejército, cuyos soldados, perfectamente alineados, respondieron al unísono: “¡Hola, presidente! ¡Servir a la gente!”. Una demostración de disciplina y cohesión que acompañó a un firme mensaje: la determinación de China de defender la paz mundial.




El presidente de China, acompañado por líderes internacionales como el presidente ruso, Vladímir Putin, recordó durante su discurso que la resistencia china frente a la invasión japonesa fue una parte crucial de la guerra antifascista mundial. Durante 14 años, señaló, el pueblo chino “hizo enormes sacrificios para salvar la civilización humana y defender la paz mundial”.
Las celebraciones se convirtieron así en una oportunidad para subrayar la importancia de la memoria histórica y del camino que deben seguir las naciones para evitar nuevas tragedias. “El destino de la humanidad es común y solo tratándonos como iguales, viviendo en armonía y ayudándonos unos a otros, podremos impedir que se repitan las catástrofes del pasado”, advirtió el presidente, antes de sentenciar que “el gran rejuvenecimiento de la nación china es imparable, y la noble causa de la paz y el desarrollo de la humanidad triunfará sin duda”.





Durante el desfile, que comenzó con el vuelo de 14 palomas de la paz -en recuerdo a los 14 años de resistencia- y terminó con 80000 palomas de la paz y 80000 globos sobre el cielo de Beijing, se pudo ver por primera vez nuevas ramas del Ejército de China dedicadas a operaciones en el ciberespacio, el espacio y la guerra de la información. Un trabajo que refleja la ampliación de los ámbitos estratégicos de las fuerzas chinas, que también mostraron drones de combate con sistemas de inteligencia artificial capaces de operar junto a cazas tripulados, así como nuevos misiles hipersónicos antibuque como el YJ-20 y el YJ-21.
Una exhibición que también contó con el vuelo de 26 helicópteros, que formaron la palabra “ochenta” y tres helicópteros de los que colgaron las frases “justicia” “La Paz debe ganar” y “La gente debe ganar”.