China ha mostrado su rechazo a los nuevos aranceles de la Unión Europea que han entrado en vigor este miércoles para los vehículos eléctricos importados desde China. «Ni está de acuerdo ni acepta» la decisión de aplicar aranceles adicionales de hasta un 35,3% a los vehículos del país asiático, según un comunicado del Ministerio chino de Comercio. Las nuevas tarifas se suman al 10% que ya aplica la UE a las importaciones de coches y, por tanto, elevarán los aranceles hasta un 45,3% para algunos de los fabricantes.
Ante ello, en una medida que ha provocado también la división entre los países de la Unión Europea, el Ministerio chino ha asegurado que «seguirá tomando todas las medidas necesarias para proteger de manera determinada los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas» tras recordar que ha presentado un recurso ante el mecanismo de resolución de disputas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Lo hizo en agosto, cuando consideró que la medida europea «infringía gravemente» las normativas de ese organismo y carecían «de base objetiva y legal”.
Para Europa, el objetivo de estos nuevos aranceles es “lograr una competencia leal y la igualdad de condiciones”. Pero lo cierto es que el gobierno europeo se topó con una profunda división entre los países miembros a la hora de votar esta medida a principios de octubre. En concreto, tan solo diez países apoyaron el nuevo gravamen, mientras que cinco se opusieron a la aplicación de aranceles, entre ellos Alemania, y doce se abstuvieron. España, tras la visita de Pedro Sánchez a China en el mes de septiembre, fue uno de los países que se abstuvo en la votación.
Pero aunque la medida que ha entrado en vigor este miércoles es considerada, según el Ministerio de Comercio de China, como «una muestra de proteccionismo», el gobierno chino, en un momento en el que la Unión Europea ha tensionado aún más las relaciones con China, ha reiterado su voluntad de seguir negociando para alcanzar «una solución aceptable» que beneficie a ambas partes. «China siempre ha apostado por la resolución de disputas comerciales a través del diálogo y la consulta, y viene haciendo todo lo posible a este respecto”, aseguran desde el Ministerio de Comercio.
Actualmente, los equipos técnicos de ambas partes están celebrando una nueva ronda de negociaciones», según apunta el comunicado. Además, la Comisión aseguró que suspendería los aranceles en caso de llegar a un pacto con China durante los próximos cinco años, pero no los cancelaría, para ganar tiempo y volverlos a aplicar si Pekín incumpliese ese hipotético acuerdo.
Por su parte, y mientras continúan las negociaciones, China tomó medidas como consecuencia de estos nuevos aranceles y anunció investigaciones sobre las importaciones de brandy, lácteos o carne de cerdo desde la UE.