China y la COP29. Entre la economía y la transición energética

UNFCCC/Kiara Worth UN Secretary-General António Guterres speaks to reporters in Baku, Azerbaijan on the penultimate day of COP29, the latest round of UN climate negotiations.

Dra. María José Masnou. Coordinadora de la sección sobre Desarrollo Sostenible y Emergencia Climática de Cátedra China. Analista Urbana y Miembro de la Cátedra Unesco UdL- CIMES de Ciudades Intermedias / mjmasnou@coac.net

La cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, la COP29 celebrada en la ciudad de Bakú, situada en una región cuya economía se apoya principalmente en la extracción y comercialización del petróleo, es en sí una ironía. Este contraste hace elocuente la disyuntiva a la que se enfrentan los países ante el reto de responder al impacto acelerado del cambio climático y realizar la necesaria transición ecológica. Por un lado, está la necesidad de mantener una economía sólida capaz de enfrentar un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo. Por otro, las demandas de abandonar los combustibles fósiles y asumir un compromiso de descarbonización responsable, tanto con sus propios países, como con aquellos países más vulnerables a las consecuencias de eventos climáticos extremos.

En este contexto, la participación de China, como segunda economía global y líder en emisiones de gases de efecto invernadero, cobra una relevancia singular. Este artículo analiza cómo las políticas energéticas y climáticas de China, respaldadas por informes, instituciones y expertos, están moldeando los debates internacionales en torno a la sostenibilidad.

¿En el caso de China, cuáles son aquellos temas que están sobre la mesa y plantean cuestiones a resolver?

  • La Nueva Guía sobre el Uso del Carbón

El gobierno chino presentó una nueva guía sobre el uso «limpio y eficiente» del carbón, anunciada por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC). Según el medio especializado BJX News, este documento establece un marco para la producción, transporte y uso del carbón que prioriza tecnologías avanzadas para minimizar emisiones. La NDRC destacó que este enfoque es esencial para garantizar la seguridad energética mientras se promueve una transición verde y de bajas emisiones.

Sin embargo, el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), un centro de estudios con sede en Finlandia, cuestionó esta política. Según un análisis publicado en LinkedIn por Xinyi Shen, líder del equipo de China en CREA, aunque la guía introduce límites al uso de carbón en regiones con mala calidad del aire, no establece un límite nacional, permitiendo un posible aumento en otras áreas. CREA recomienda que China adopte objetivos cuantitativos claros para el consumo de carbón y la expansión de energías limpias, esenciales para garantizar una transición equilibrada y gestionar las expectativas del sector de energías renovables.

  • Reducción de Emisiones: Proyecciones para 2035

Un informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA), presentado en la COP29, señala que para cumplir con los compromisos net-zero, los países emergentes, incluyendo China, deben reducir sus emisiones energéticas entre un 35% y un 60% respecto a los niveles de 2022 para 2035. En línea con esto, CREA proyecta que China podría reducir sus emisiones de CO₂ en al menos un 30% y sus emisiones no relacionadas con CO₂ en un 35% para ese mismo año, si se mantienen las tendencias actuales en despliegue de energías limpias.

El medio financiero Caixintambién analizó la posible desaceleración de la demanda de petróleo en China. Cita datos de S&P Global, que indican que el país podría haber alcanzado su pico de consumo debido al crecimiento de los vehículos eléctricos, una economía más lenta y eventos climáticos extremos. Esta transición hacia nuevas energías representa un avance clave para reducir la dependencia de combustibles fósiles.

  • Hidrógeno Verde: Una Herramienta para la Neutralidad de Carbono

El hidrógeno verde, producido mediante la electrólisis del agua usando energías renovables, es visto como una tecnología crucial para descarbonizar sectores industriales. China lidera esta innovación, con una capacidad instalada de 1 gigavatio (GW) de electrolizadores en 2023, según un informe de Rystad Energy. El país se prepara para superar su objetivo de producir 200.000 toneladas anuales de hidrógeno verde para 2025, un año antes de lo previsto.

No obstante, este avance representa solo el 1% de la producción total de hidrógeno del país, según datos de la China Hydrogen Alliance citados por el South China Morning Post. Ouyang Minggao, profesor en la Universidad Tsinghua, destaca que las regiones del noroeste de China tienen un “ventaja única” para apoyar esta tecnología gracias a sus abundantes recursos renovables.

En el sector del transporte, el uso de hidrógeno verde es aún incipiente. Según un informe conjunto del Boston Consulting Group y Ouyang, su mayor potencial radica en el transporte pesado de larga distancia, gracias a su mayor densidad energética y tiempos de recarga más cortos. Sin embargo, los altos costos de producción y la falta de infraestructura siguen siendo desafíos importantes.

  • Estrategias de Seguridad Energética

La estrategia de seguridad energética de China, según el profesor Alex Wang de la UCLA School of Law, busca reducir su dependencia de las importaciones de combustibles fósiles mediante una diversificación de fuentes, incluyendo energías renovables, carbón, petróleo, gas y nuclear. Este enfoque también se alinea con la transición hacia vehículos eléctricos (EVs), que ha reducido significativamente la dependencia de combustibles fósiles. En 2023, más del 95% de los camiones con celdas de combustible de hidrógeno en el mundo se encontraban en China, según la IEA.

Sin embargo, Wang advierte que esta transición genera nuevos riesgos, como la dependencia de cadenas de suministro de minerales críticos. Por ejemplo, la minería y el procesamiento de estos materiales en países del Sur Global son esenciales para fabricar baterías y otros componentes de energías limpias. Sin embargo, China con una estrategia a largo plazo, ha conseguido casi el total monopolio de toda la cadena de suministro de las diecisiete llamadas tierras raras, que son materias primas estratégicas. Utilizadas, por ejemplo, en la fabricación de los imanes permanentes de las turbinas eólicas (neodimio, samario), como en la fabricación de las tecnologías digitales más avanzadas. Son fundamentales en el desarrollo de las tecnologías de la transición energética.

  • Aranceles y Competencia Comercial

En el ámbito internacional, China enfrenta desafíos derivados de tensiones comerciales con la Unión Europea (UE) y Estados Unidos. Según Bloomberg, la UE votó en octubre de 2024 sobre la imposición de aranceles de hasta el 45% a vehículos eléctricos chinos, acusándolos de competencia desleal por subsidios estatales y está implementando desde Octubre de 2023 el “Carbon Border Adjustment Mechanism” (CBAM). Por otra parte, La victoria Republicana de Donald Trump confirma una política proteccionista, y la propuesta de aranceles comerciales a China y Europa, que más parece una represalia política que un sólido proyecto económico largo-placista para los Estados Unidos. Estas tensiones reflejan cómo la transición energética se entrelaza con cuestiones geopolíticas, destacando la necesidad de cooperación internacional en el combate al cambio climático.

La próxima presidencia de Donald Trump vaticina un complejo escenario de competencia económica, tecnológica, y la consolidación evidente de la soberanía de dos ecosistemas digitales diferentes y con voluntad de autonomía.

  • Reflexiones sobre los Acuerdos y las Perspectivas de la COP29

La participación de China en la COP29 ilustra su papel dual como líder en energías renovables y consumidor de carbón. Si bien ha hecho avances significativos en hidrógeno verde y energía solar, su dependencia del carbón, la escala demográfica y económica del país, y la necesidad recuperar el crecimiento económico tras la crisis de la pandemia en un entorno global disruptivo, condicionan su capacidad para cumplir con las metas climáticas globales.

En el momento de escribir este artículo, la cumbre de la COP29 se encuentra en un momento crítico ante la falta de consenso sobre la financiación climática para los países en desarrollo. Este tema es fundamental para abordar las necesidades de las naciones del Sur Global afectadas por fenómenos meteorológicos extremos y para avanzar hacia economías bajas en carbono. Sin embargo, el borrador presentado no incluye cifras concretas, reflejando la profunda brecha entre los países desarrollados y en desarrollo.

Dos enfoques de financiación han polarizado las negociaciones. La primera opción, apoyada por las naciones en desarrollo, exige un financiamiento que sea nuevo, adicional y no genere deuda, garantizando accesibilidad y predictibilidad. Por otro lado, los países desarrollados plantean una visión más abierta, donde la financiación también provenga de fuentes privadas y filantrópicas, y no comprometen cifras concretas a corto plazo.

En este contexto, el papel de potencias emergentes como China es crucial. Aunque no están obligadas a contribuir financieramente, se espera que puedan asumir un rol de liderazgo, apoyando de manera voluntaria a las naciones más vulnerables. No obstante, tanto China como Arabia Saudita han expresado su oposición a cualquier cambio que altere la clasificación actual de países, evitando asumir compromisos que las coloquen en la categoría de donantes.

Mientras las posturas permanecen distantes, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha instado a los negociadores a superar las diferencias. La necesidad de un acuerdo es apremiante, ya que el fracaso en establecer un compromiso sólido podría socavar las metas del Acuerdo de París y dejar a las naciones en desarrollo desarmadas frente a la crisis climática. Aunque la cumbre está programada para finalizar, el ambiente de incertidumbre sugiere que las conversaciones podrían extenderse.

Este escenario destaca la urgencia de un liderazgo global cooperativo, donde todos los actores, incluidos los emergentes, desempeñen un papel activo para garantizar una transición climática justa y efectiva.

Fuentes:

  1. Administración Nacional de Energía de China. Datos sobre capacidad solar y eólica en 2024.
  2. BloombergNEF. Informe sobre mercado global de vehículos eléctricos, 2023-2024.
  3. Caixin Media. Informe sobre transición energética en China, 2024.
  4. Chomón Pérez, J.M. (2023). La Era de las Tierras Raras. La Cruzada Geopolítica por los metales estratégicos. Madrid: Ed.Tecnos.
  5. CREA. Análisis sobre la guía de carbón y vulnerabilidad climática en China. Publicado en LinkedIn, 2023.
  6. Global Carbon Project. Emisiones globales de CO₂ en 2022.
  7. Informe del gobierno de China sobre pérdidas económicas en inundaciones de 2023.
  8. IPCC (2023). AR6 Synthesis Report. Disponible en: IPCC Report.
  9. Rystad Energy. Proyecciones de hidrógeno verde en China.
  10. UN Climate Change Conference Baku. November 2024. (https://unfccc.int/cop29).
  11. Wopke Hoekstra, Comisión Europea. Declaraciones sobre los aranceles a vehículos eléctricos chinos, octubre de 2024.

CHINA AND COP29: BETWEEN ECONOMY AND ENERGY TRANSITION

Dr. María José Masnou. Coordinator of the Sustainable Development and Climate Emergency Section at Cátedra China. Urban Analyst and Member of the UNESCO Chair UdL-CIMES on Intermediate Cities / mjmasnou@coac.net

The United Nations Climate Change Conference, COP29, held in the city of Baku, located in a region whose economy heavily relies on oil extraction and commercialization, is in itself an irony. This contrast eloquently highlights the dilemma countries face when addressing the accelerated impact of climate change and the need for an ecological transition. On the one hand, there is the need to maintain a strong economy capable of withstanding a volatile, uncertain, complex, and ambiguous environment. On the other, there is a demand to abandon fossil fuels and commit to responsible decarbonization, both within their own nations and with the most vulnerable countries experiencing the devastating consequences of extreme climatic events.

In this context, China’s role as the world’s second-largest economy and leading emitter of greenhouse gases becomes particularly relevant. This article examines how China’s energy and climate policies, supported by reports, institutions, and experts, are shaping international debates on sustainability.

What issues are on the table for China, and what questions need to be addressed?

  • The New Guidelines on Coal Use

The Chinese government introduced new guidelines for the «clean and efficient» use of coal, announced by the National Development and Reform Commission(NDRC). According to the specialized outlet BJX News, this document sets a framework for coal production, transportation, and use, prioritizing advanced technologies to minimize emissions. The NDRC emphasized that this approach is essential for ensuring energy security while promoting a green and low-carbon transition.

However, the Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA), a Finland-based think tank, has raised concerns about this policy. According to an analysis published on LinkedIn by Xinyi Shen, leader of CREA’s China team, while the guidelines introduce limits on coal use in regions with poor air quality, they do not set a national cap, potentially allowing increases in other areas. CREA recommends that China adopt clear quantitative targets for coal consumption and the expansion of clean energy, which are essential for ensuring a balanced transition and managing the expectations of the renewable energy sector.

  • Emission Reductions: Projections for 2035

A report from the International Energy Agency (IEA) presented at COP29 indicates that to meet net-zero commitments, emerging market countries, including China, must reduce their energy-related emissions by 35% to 60% from 2022 levels by 2035. In line with this, CREA projects that China could reduce its CO₂ emissions by at least 30% and its non-CO₂ emissions by 35% by the same year, provided current trends in clean energy deployment continue.

The financial media outlet Caixin also analyzed the potential slowdown in oil demand in China. It cited data from S&P Global, which suggests that the country may have already peaked in oil consumption due to the growth of electric vehicles, a slowing economy, and extreme weather events. This transition toward new energy sources represents a key step in reducing reliance on fossil fuels.

  • Green Hydrogen: A Tool for Carbon Neutrality

Green hydrogen, produced by electrolysis of water using renewable energies, is seen as a crucial technology for decarbonising industrial sectors. China leads this innovation, with an installed capacity of 1 gigawatt (GW) of electrolysers in 2023, according to a report by Rystad Energy. The country is preparing to exceed its target of producing 200,000 tonnes of green hydrogen annually by 2025, one year ahead of schedule.

However, this advance represents only 1% of the country’s total hydrogen production, according to data from the China Hydrogen Alliance cited by the South China Morning Post. Ouyang Minggao, a professor at Tsinghua University, points out that the northwestern regions of China have a «unique advantage» to support this technology thanks to their abundant renewable resources.

Green hydrogen use in the transport sector is still incipient. According to a joint report by the Boston Consulting Group and Ouyang, its greatest potential lies in long-distance heavy transport, thanks to its higher energy density and shorter recharge times. However, high production costs and a lack of infrastructure remain major challenges.

  • Energy Security Strategies

China’s energy security strategy, according to Professor Alex Wang of the UCLA School of Law, seeks to reduce its dependence on fossil fuel imports through a diversification of sources including renewable energies, coal, oil, gas and nuclear. This approach also aligns with the transition to electric vehicles (EVs), which has significantly reduced dependence on fossil fuels. In 2023, more than 95% of the world’s hydrogen fuel cell trucks were in China, according to the IEA.

However, Wang warns that this transition creates new risks, such as dependence on critical mineral supply chains. For example, mining and processing of these materials in the global South is essential to make batteries and other clean energy components. However, China with a long-term strategy has almost achieved total monopoly of the entire supply chain of seventeen so-called rare earths, which are strategic raw materials. Used, for example, in the manufacture of permanent magnets for wind turbines (neodymium, samarium) and in the manufacture of the most advanced digital technologies. They are central to the development of energy transition technologies.

  • Tariffs and Trade Competition

Internationally, China faces challenges stemming from trade tensions with the European Union (EU) and the United States. According to Bloomberg, in October 2024, the EU voted on imposing tariffs of up to 45% on Chinese electric vehicles, accusing them of unfair competition due to state subsidies. The EU has also implemented the Carbon Border AdjustmentMechanism (CBAM) since October 2023. Meanwhile, the victory of Donald Trump in the U.S. presidential election signals a return to protectionist policies, with proposals for trade tariffs targeting both China and Europe.

These tensions illustrate how the energy transition intersects with geopolitical issues, highlighting the need for international cooperation in combating climate change. However, the emergence of parallel digital and economic ecosystems suggests a future of heightened competition.

  • Reflections on COP29 Agreements and Perspectives

China’s participation in COP29 illustrates its dual role as a leader in renewable energy and a coal consumer. While it has made significant progress in green hydrogen and solar energy, its dependence on coal, the country’s demographic and economic scale, and the need to restore economic growth following the pandemic crisis in a disruptive global environment, Conditions their ability to meet global climate goals.

At the time of writing, the COP29 summit is at a critical juncture in the lack of consensus on climate finance for developing countries. This issue is critical to addressing the needs of nations in the global south affected by extreme weather events and moving towards low-carbon economies. However, the draft presented does not include concrete figures, reflecting the deep gap between developed and developing countries.

Two funding approaches have polarized the negotiations. The first option, supported by developing nations, requires financing that is new, additional and debt-free, ensuring accessibility and predictability. On the other hand, developed countries have a more open vision, where financing also comes from private and philanthropic sources, and do not commit concrete figures in the short term.

In this context, the role of emerging powers such as China is crucial. Although they are not obliged to contribute financially, they are expected to take a leadership role in voluntarily supporting the most vulnerable nations. However, both China and Saudi Arabia have expressed their opposition to any change that would alter the current ranking of countries, avoiding commitments that would place them in the donor category.

While positions remain distant, the UN Secretary-General, António Guterres, has urged negotiators to overcome differences. The need for an agreement is urgent, as failure to establish a solid commitment could undermine the goals of the Paris Agreement and leave developing nations unarmed in the face of the climate crisis. Although the summit is scheduled to end, the atmosphere of uncertainty suggests that talks could be extended.

This scenario highlights the urgency of a cooperative global leadership, where all actors, including emerging ones, play an active role in ensuring a just and effective climate transition.

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Sources:

  1. BloombergNEF. Report on the global electric vehicle market, 2023-2024.
  2. Caixin Media. Report on China’s energy transition, 2024.
  3. Chomón Pérez, J.M. (2023). La Era de las Tierras Raras. La Cruzada Geopolítica por los metales estratégicos. Madrid: Ed.Tecnos
  4. China’s National Energy Administration. Data on solar and wind capacity in 2024.
  5. Chinese Government Report on economic losses from the 2023 floods.
  6. CREA. Analysis of China’s coal guidelines and climate vulnerability. Published on LinkedIn, 2023.
  7. Global Carbon Project. CO₂ emissions in 2022.
  8. IPCC (2023). AR6 Synthesis Report. Available at: IPCC Report.
  9. Rystad Energy. Projections on green hydrogen in China.
  10. UN Climate Change Conference Baku. November 2024. (https://unfccc.int/cop29)
  11. Wopke Hoekstra, European Commission. Statements on tariffs for Chinese electric vehicles, October 2024.