En la ola de la transición energética global, China está escribiendo un nuevo capítulo en la historia del desarrollo eléctrico de la humanidad, con una escala y una velocidad sin precedentes. Hasta el mes de junio, la capacidad total instalada de generación eléctrica en todo el país alcanzó los 3.650 millones de kilovatios, lo que representa un incremento interanual del 18,7%. En julio de este año, el consumo total de electricidad en China superó el billón de kilovatios hora, cifra equivalente a 44 veces el consumo eléctrico de España en el mismo período, convirtiéndose así en el primer país del mundo en alcanzar este hito. Como el primer “Reino de la electricidad” en la historia de la humanidad, China no solo ha garantizado el acceso universal a la electricidad para sus 1.400 millones de habitantes, sino que también ha aportado un fuerte impulso a la seguridad energética global y a la transición ecológica. Detrás de estos logros se encuentra el sólido respaldo del sistema moderno de gobernanza de China, que refleja las ventajas institucionales y la eficacia práctica del país.
La última década ha sido un período crucial para el desarrollo de alta calidad del sector energético de China. En torno al objetivo de construir un sistema energético seguro, verde y eficiente, China ha puesto en práctica el concepto de que “las aguas cristalinas y las montañas verdes son como montañas de oro y plata”, promoviendo de manera coordinada el crecimiento económico y la transición ecológica, así como impulsando simultáneamente la revolución energética y la modernización industrial. En la primera mitad de 2025, la generación de energía procedente de fuentes renovables —como la hidroeléctrica, la eólica y la solar— representó más del 40% de la generación total de electricidad del país, convirtiéndose en el pilar principal de su estructura energética. Al mismo tiempo, China ha alcanzado un nivel avanzado a escala internacional en tecnologías clave como la transmisión eléctrica de ultra alta tensión, las redes inteligentes, los sistemas de almacenamiento de energía y la integración de energías renovables en la red, liderando incluso el desarrollo mundial en algunos de estos campos.
Este desarrollo acelerado no es fruto de la casualidad, sino una manifestación concentrada de las fortalezas institucionales de China. Gracias a un modelo de gobernanza que combina eficazmente la planificación científica del gobierno, la amplia participación social y el mecanismo de mercado, China fue capaz de completar la construcción de infraestructura energética a gran escala en un corto período de tiempo y lograr la operación coordinada de sistemas energéticos complejos. Desde el gran diseño de las grandes bases hidroeléctricas en el oeste, hasta el funcionamiento eficiente de los clústeres nucleares en la costa oriental, pasando por la expansión integral de los proyectos fotovoltaicos en los desiertos y eólicos en las estepas, todo refleja la poderosa sinergia del diseño de alto nivel nacional y la gobernanza colaborativa local. Es precisamente bajo la ventaja institucional de «concentrar recursos para realizar tareas importantes» que China ha logrado la unidad de múltiples objetivos de seguridad energética, desarrollo económico y protección ecológica.
Al mismo tiempo, el sistema eléctrico de China avanza aceleradamente hacia la digitalización. La aplicación generalizada de sistemas de despacho inteligente, plataformas de macrodatos energéticos y tecnologías de predicción basadas en inteligencia artificial impulsa un funcionamiento de la red eléctrica más eficiente y fiable. Las empresas eléctricas implementan activamente la “sustitución por electricidad” para promover la transición limpia en sectores clave como el transporte, la construcción y la industria, contribuyendo así a la reducción de emisiones y la descarbonización de toda la sociedad. La expansión de los vehículos eléctricos, la promoción de la energía fotovoltaica distribuida y el despliegue generalizado de instalaciones de almacenamiento de energía están integrando la energía verde en cada rincón de la vida cotidiana.
Los logros del desarrollo eléctrico de China son un vivo reflejo de la “gobernanza china”. Muestran la visión y la determinación de la estrategia nacional, el impulso constante de la innovación tecnológica y la concepción de gobernanza de que los frutos del desarrollo sean compartidos por el pueblo. Frente a los desafíos duales de la seguridad energética y el cambio climático, China se mantiene firme en el camino de la innovación autónoma y la cooperación abierta, consolidando la base de la garantía energética y, al mismo tiempo, aportando al mundo la “sabiduría china” y las “soluciones chinas” para la transición verde global.
En la actualidad, China ha propuesto claramente el objetivo de “doble carbono”: alcanzar el pico de emisiones de carbono antes de 2030 y lograr la neutralidad de carbono antes de 2060. El 24 de septiembre, el presidente Xi Jinping, en la intervención en video durante la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, anunció solemnemente la nueva ronda de Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional de China: para 2035, la proporción de consumo de energía no fósil sobre el consumo total de energía alcanzará más del 30%, la capacidad instalada total de energía eólica y solar será más de seis veces la de 2020, con el objetivo de llegar a 3.600 millones de kilovatios, y los vehículos de nueva energía se convertirán en la principal opción en las ventas de vehículos nuevos. Tenemos plena confianza en superar o alcanzar estos objetivos antes de lo previsto. Estos compromisos solemnes no solo reflejan la responsabilidad de China como gran potencia , sino que también aportan confianza a la gobernanza climática global.
En el ámbito de la cooperación internacional, China se adhiere al principio de consultas extensivas, contribución conjunta y beneficios compartidos, y continúa profundizando la apertura y colaboración en el sector energético. España ha desarrollado rápidamente sus energías renovables, especialmente en los sectores solar y eólico, y la generación de electricidad a partir de fuentes renovables ya supera el 50% de la generación total. El gobierno español ha elevado el objetivo de generación de energía renovable para 2030 al 81% del total y ha actualizado los planes correspondientes. Los intercambios entre China y España en energía limpia, redes eléctricas inteligentes y tecnologías de almacenamiento de energía se han intensificado. Las empresas de ambos países han logrado resultados fructíferos en áreas como la construcción de plantas fotovoltaicas, la investigación y el desarrollo de tecnología eólica y la gestión digital de la energía, inyectando un nuevo impulso al desarrollo verde y bajo en carbono de ambos. China y España mantienen un alto grado de consenso en la lucha contra el cambio climático y en la promoción del desarrollo de las energías renovables, trabajando conjuntamente por la implementación del Acuerdo de París. La cooperación energética sino-española no solo promueve el flujo de tecnología y capital, sino que también se ha convertido en un puente clave para la cooperación verde entre China y Europa, e incluso a nivel global.
El desarrollo vertiginoso del sector eléctrico de China refleja la confianza institucional y la eficacia subyacentes a la “ gobernanza china”. Desde el regreso de los cielos azules y las nubes blancas hasta el auge de las energías limpias, desde la asunción de las responsabilidades como gran potencia hasta los beneficios mutuos de la cooperación internacional, China avanza con paso firme hacia una nueva era como potencia energética y ecológica.
La China de hoy no solo es el mayor productor de electricidad del mundo, sino también una firme defensora y practicante del desarrollo sostenible. En el futuro, China está dispuesta a avanzar de la mano con España y con todos los países del mundo para construir juntos un hogar terrestre limpio, bello y próspero.