Entender ciertas diferencias culturales entre China y España para conocernos y trabajar mejor

Este artículo es el primero de una serie en la que abordaré algunas diferencias culturales entre China y España con el objetivo de contribuir a la difusión de ciertos aspectos de la cultura china y de ayudar a las personas hispanohablantes que trabajan o tengan intención de trabajar con China a tener más éxito en sus procesos, negociaciones y relaciones.

I) Los chinos tienen muchas formas de dirigirse a un grupo de personas, por ejemplo durante una conferencia o en un foro, pero el saludo que tiene más vigencia es: 大家好 (dàjiā hǎo). El uso chino de dàjiā como «gran familia» o «todos los miembros de la familia» atribuye una afiliación familiar a todos los presentes. El uso en español de «hola a todos» o “señoras y señores” se me antoja más distante e impersonal. Así, el saludo chino es colectivo e inclusivo, ya que presupone una relación familiar entre todos los que están presentes. Por tanto, si eres español (o de otro país hispanohablante u occidental en general) y das una charla frente a un grupo de chinos, aunque no hables su idioma, te recomiendo encarecidamente que empieces tu discurso con la expresión大家好; te lo agradecerán enormemente y captarás su atención desde el primer momento. 

II) Por otro lado tenemos la secuencia de los elementos en los nombres. En el caso de los nombres chinos primero va el apellido, seguido del nombre o nombres de pila. Dado que el pueblo chino considera que su linaje, capturado en sus apellidos, es de importancia primordial cuando se trata de su identidad pública, dan prioridad a su apellido enumerándolo primero antes de su nombre o nombres individuales. La secuencia de los elementos en los nombres españoles (occidentales por extensión) es la opuesta, de modo que el nombre o nombres personales preceden al apellido. En otras palabras, la identidad del individuo está por encima de la conexión familiar. Yo soy Álvaro antes que Paños Cubillo, aunque, ¿a cuántos de nosotros nos llamaban por el apellido en el colegio? Sin embargo, en China primero soy 潘 (Pān), mi apellido chino, y luego 阿里 (Ālǐ), mi nombre chino.

III) Otro ejemplo de la secuenciación inversa de elementos entre China y España (Occidente por extensión) es el orden de las direcciones postales. El orden chino da prioridad a su hogar ancestral compartido: primero se escribe el país, luego la provincia, la ciudad, el distrito, y por último el nombre de la calle, el número de edificio, y el número de piso/puerta. Por el contrario, los españoles (occidentales) inviertimos este orden en nuestras direcciones postales dando prioridad a la residencia local del individuo: nombre de la calle, número de edificio, número de piso/puerta, distrito, ciudad, provincia, país. ¡El país es lo último mientras que para los chinos es lo primero!

De estos ejemplos parece evidente que el pueblo chino, tanto individual como colectivamente, ha dado prioridad a su linaje, mientras que los occidentales parecen dar importancia primero al individuo y luego al colectivo.

¡Pero es importante no simplificar esta aparente distinción cultural e histórica! En la Edad Media, la mayoría de los europeos vivían en pequeñas aldeas rodeadas de amplias extensiones de tierras de cultivo, y la mayoría de las personas comunes eran conocidas dentro de sus pequeñas comunidades por sus relaciones patriarcales: el hijo de Juan, el hijo del panadero, la sobrina de María… De hecho, si pienso en los pueblos de España, me parece que sigue siendo así.

IV) Un tercer ejemplo de secuenciación inversa de elementos entre China y España lo encontramos cuando escribimos la fecha. El orden chino da prioridad a lo amplio, lo grande, lo que dura más: primero se escribe el año, luego el mes y el día, mientras que en español el orden es el contrario. Si este artículo se publica el 16 de noviembre de 2024, en chino la fecha se escribiría como sigue: 2024年11月16日, mientras que en español sería 16/11/2014.

Si aterrizamos estas cuestiones al discurso político, la lógica es similar. 

Por ejemplo, durante el sexagésimo aniversario de la Asociación del Pueblo Chino para la Amistad con los Países Extranjeros, el presidente Xi Jinping señaló que la cultura china es muy antigua y que siempre ha abogado por un mundo armonioso. Dirigiéndose a su audiencia mixta, mencionó cuatro puntos: 

1. La visión cosmológica de que el hombre es una parte integral de la naturaleza. 

2. Abogó por la armonía internacional entre todos los países. 

3. Se mostró a favor de la armonía social en la diversidad. 

4. La visión moralista de que hay bondad en el corazón de todas las personas. 

Podemos notar que en la enumeración de sus cuatro puntos, se mueve de lo general a lo específico. Comienza con el orden cósmico, luego pasa a las relaciones internacionales, luego a las sociedades dentro de cada nación, para terminar con una generalización moralista aplicable a todas las personas.