La embajadora de España en la República Popular China, Marta Betanzos, participó, en nombre de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, en la Conferencia de Líderes Mundiales sobre la Mujer. En este encuentro, la primera mujer embajadora de España en China compartió sus reflexiones sobre la situación actual de las mujeres, mientras los líderes participantes reiteraron la necesidad de fortalecer la cooperación internacional con el fin de acelerar la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, especialmente del Objetivo 5, relativo a la igualdad de género y al empoderamiento de todas las mujeres y las niñas.
A la Conferencia de Líderes Mundiales asistieron 800 delegados de más de 110 países, convirtiéndo el evento en un nuevo hito del movimiento mundial por los derechos de las mujeres, en el 30.º aniversario de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing en 1995. En aquella ocasión se adoptaron la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, un plan de acción global para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
Durante su discurso inaugural, el presidente de China, Xi Jinping, reafirmó su compromiso con la Declaración de 1995 y anunció las medidas que el país asiático adoptará para seguir apoyando el avance de las mujeres a nivel mundial. Según Shen Yiqin, consejera de Estado china y presidenta de la Federación Nacional de Mujeres de China, estas medidas demuestran el sentido de responsabilidad del país con las mujeres, y reiteró la disposición de China a trabajar con el resto de naciones para tomar acciones concretas que permitan a las mujeres alcanzar sus objetivos y el éxito en igualdad de condiciones.
La cumbre concluyó con una declaración conjunta en la que los países reafirmaron su compromiso de mantener viva la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing como hoja de ruta hacia un futuro más igualitario, inclusivo y libre de toda forma de discriminación, acelerando los esfuerzos durante los próximos cinco años. Los participantes coincidieron en que la igualdad de género no es solo una meta, sino una fuerza esencial para el desarrollo sostenible, la paz y la prosperidad compartida.