Los aranceles y su función en la política económica internacional

Los aranceles, junto con el tipo de cambio, el tipo de interés, la política de ingresos y de rentas, la política fiscal y la política monetaria, conforman el núcleo de herramientas disponibles para los gobiernos en la conducción de su política económica.

Los instrumentos de política económica son las herramientas que utilizan los gobiernos o autoridades económicas (como los bancos centrales) para influir en la economía con el fin de alcanzar ciertos objetivos, como el crecimiento económico, la estabilidad de precios, el pleno empleo o el equilibrio exterior. Estos instrumentos, cuando se utilizan de forma estratégica, permiten a los Estados intervenir sobre desequilibrios comerciales, proteger sectores estratégicos y negociar condiciones más favorables en el marco de las relaciones económicas internacionales.

No obstante, su aplicación puede tener efectos colaterales inmediatos que se manifiestan en forma de incertidumbre, volatilidad de los mercados y reacciones especulativas por parte de inversores, empresas y consumidores. Estas reacciones tienden a amplificarse cuando se basan en narrativas alarmistas, muchas veces impulsadas desde ciertos sectores mediáticos o analistas con escasa rigurosidad técnica.

Impacto a corto plazo y necesidad de acompañamiento empresarial, en la situación actual

Durante la fase inicial de adaptación al nuevo escenario económico derivado de la aplicación de medidas arancelarias u otras políticas correctivas, es esencial que tanto el Gobierno de España como desde la Unión Europea se establezcan mecanismos de apoyo directo a las empresas. En particular, deben protegerse aquellas empresas rentables y competitivas que puedan verse afectadas de manera transitoria por el aumento de costes, la reducción de la demanda exterior o las tensiones en las cadenas de suministro.

Estas medidas deberían incluir ayudas directas, facilidades de financiación, esquemas de garantía pública y asesoramiento técnico que permitan a las empresas afrontar el periodo de transición sin comprometer su viabilidad. Esta estrategia es clave para preservar el tejido productivo, el empleo y la estabilidad económica a medio plazo.

Sobre la interpretación errónea del déficit comercial

En relación con el análisis del déficit comercial que circula en medios de comunicación y en ciertos círculos de opinión, es necesario precisar que muchos de estos cálculos omiten deliberadamente el saldo del sector servicios, distorsionando gravemente la interpretación de la balanza comercial. Este sesgo se observa de forma especialmente acentuada en el caso de Estados Unidos, donde algunos autodenominados “especialistas” presentan cifras que no reflejan la totalidad del comercio exterior, generando un alarmismo infundado y erróneo.

Estas lecturas parciales y tendenciosas buscan, en algunos casos, justificar políticas proteccionistas o posiciones ideológicas extremas, en un intento por ganar visibilidad pública sin rigor analítico. Resulta indispensable que los organismos públicos, instituciones académicas y medios especializados actúen con responsabilidad, transmitiendo datos completos y análisis basados en evidencia empírica.

Potenciales efectos positivos y reordenación estructural

Más allá de los efectos inmediatos, la aplicación de aranceles puede impulsar una reorientación estratégica de la economía, fomentando la diversificación productiva, la relocalización industrial, la innovación tecnológica y la renegociación de relaciones comerciales más equilibradas. Esta dinámica puede generar beneficios a largo plazo si se acompaña de una visión integral y cooperativa que fomente la transición hacia un modelo económico más resiliente y menos dependiente de vulnerabilidades externas.

La posición de la Unión Europea ante China: necesidad de revisión

La actual caracterización de China como “rival sistémico” por parte de la Unión Europea requiere una revisión profunda. Aunque existen diferencias entre modelos económicos y políticos, la relación entre ambas potencias está marcada por una interdependencia estructural que no puede ser obviada. Plantear dicha relación en términos de confrontación debilita las posibilidades de cooperación en ámbitos clave como la transición ecológica, la digitalización, la seguridad alimentaria y la salud pública.

Superar esta visión confrontativa permitiría a la UE reforzar su autonomía estratégica mediante una política de alianzas equilibrada, una mayor proactividad en el diseño de estándares internacionales y una apuesta decidida por un multilateralismo inclusivo.

Gobernanza global y multilateralismo como garantes de estabilidad

El fortalecimiento de una gobernanza económica global, basada en el respeto al derecho internacional, en el funcionamiento efectivo de instituciones multilaterales reformadas y en la cooperación internacional, constituye la vía más segura para consolidar la paz y la prosperidad mundial. Una economía mundialmente interdependiente, donde los países comparten responsabilidades y beneficios, es más resistente a los conflictos, más eficiente frente a desafíos comunes y más justa en la distribución de oportunidades.

Los retos actuales —como la transición energética, la regulación de la inteligencia artificial, la ciberseguridad o la reducción de la desigualdad global— solo pueden afrontarse desde una lógica multilateral, coordinada y participativa.

Conclusiones

Los aranceles deben ser considerados como herramientas legítimas de política económica, cuya eficacia depende de su aplicación estratégica y del contexto global en que se inscriben. Su impacto negativo a corto plazo puede y debe ser mitigado mediante políticas públicas de apoyo empresarial, evitando así la destrucción de capacidades productivas valiosas.

Asimismo, es esencial combatir los discursos simplistas y alarmistas que distorsionan la realidad económica y que contribuyen a una toma de decisiones basada en percepciones erróneas. Solo desde el análisis riguroso, una cooperación internacional que supere conceptos erróneos de “rivalidad sistémica”y una visión de largo plazo será posible construir un sistema económico global más justo, equilibrado y sostenible.