Mucho más que otra reunión de amigos y otra celebración militar

Cumbre de la OCS en Tianjin 2025
La cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai celebrada en Tianjin del 31 de agosto al 1 de septiembre de 2025 reunió a 26 países y 10 organizaciones internacionales, que suman 3.400 millones de habitantes (el 42% de la población mundial) y el 23,5% del PIB mundial. Se firmaron varios acuerdos multilaterales, a saber:
 
1. Banco de Desarrollo de la OCS
Se aprobó la creación de un banco regional para financiar infraestructura, energía y conectividad entre los países miembros.

2. Estrategia de desarrollo 2026–2035
Se definió un plan a largo plazo para fortalecer la cooperación en seguridad, economía digital, energía verde y educación en ciencia y tecnología.

3. Centros regionales de cooperación
Se inauguraron 4 centros especializados:
– Seguridad regional
– Crimen organizado transnacional
– Seguridad de la información
– Cooperación antidrogas

4. Reforma institucional
Se fusionaron los Estados observadores y socios de diálogo en una sola categoría: “Socios de la OCS”.
Laos fue aceptado como nuevo socio, ampliando el grupo de sus miembros a 27 países.

También se firmaron diferentes acuerdos bilaterales entre los socios y se realizaron declaraciones políticas referentes a la necesidad del multilateralismo, la gobernanza global y la paz y seguridad regional. En la misma línea, se firmaron 24 documentos oficiales que reflejan el compromiso de sus miembros en todas las áreas tratadas.
 
Si comparamos el Grupo de los 7 (G7) –en teoría formado por las 7 economías más grandes del planeta y en realidad formada por EE.UU. y sus “fieles amigos”–, a pesar de que la población que representan es 4 veces inferior a la población de los miembros de la OCS y que la comparativa del porcentaje mundial de PIB PPA (por paridad de poder adquisitivo) refleja que el G7 tiene un 31% frente al 40% de la OCS (Fuente: Banco Mundial, Eurostat), la difusión mediática de las reuniones del G7 tienen una cobertura excepcional, mientras que la reunión de la OCS en Tianjin apenas es una nota a pie de página. Unos medios occidentales optaron por reducir la Cumbre de Tianjin a una reunión de un puñado de amigos y otros (la mayoría) optaron por un silencio atronador. Todo ello es profundamente revelador del miedo que la OCS despierta en el G7 cuando éstos observan desde su torre de marfil que la “Pax americana” ha llegado a su fin, muy a su pesar.

Conmemoración del 80º aniversario de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y de la Guerra Mundial Antifascista

Los medios de comunicación occidentales continuaron en su línea de descrédito de la Conmemoración y del desfile militar, mezclando anécdotas irrelevantes con chistes sin gracia y, por otro lado, intentando sembrar el miedo en la población sobre el arsenal militar chino. Me pregunto: ¿Por qué nos tiene que dar miedo el arsenal de China (que sólo ha protagonizado guerras de resistencia a fuerzas invasoras extranjeras) y no tenemos por qué tener miedo del resto de arsenales de potencias que frecuentemente están provocando guerras, ni de las 800 bases militares que algún país ha desplegado por todo el planeta?

Para el pueblo chino, la Segunda Guerra Mundial empezó con la agresión japonesa, que estalló tras el Incidente del Puente de Marco Polo, y duró desde el 7 de julio de 1937 hasta el 9 de septiembre de 1945, es decir, 8 años y 2 meses. A la victoria final en la guerra, la URSS contribuyó con 28 millones de mártires y China con 20 millones (aproximados en ambos casos). Lo que significa que entre la URSS y China soportaron más del 80% de todas las bajas aliadas. A pesar del sacrificio descomunal que hizo el pueblo chino en ambas guerras mundiales, una vez más, China fue excluida de sentarse en la mesa de los vencedores. Ya pasó en los Acuerdos de Versalles (donde se le negó la entrada a la sala de reuniones). Así EE.UU., URSS y Reino Unido se autoproclamaron los vencedores de la guerra y, por tanto, se arrogaron el derecho de crear un nuevo orden mundial: uno hecho a imagen y semejanza de sus intereses geopolíticos y económicos.

A la Conmemoración, asistieron jefes de Estado o de gobierno de 26 países (la mayor parte de ellos miembros de los BRICS+, de la OCS o de ambas organizaciones) y un número indeterminado de representantes de bajo nivel de otros países asiáticos y occidentales. Como se observa, China ha tejido una gran relación con otros países, creando “la otra comunidad internacional”.

Sobre el desfile militar:

China exhibió un gran poderío militar repleto de tecnología futurista: misiles de todo tipo (incluidos los hipersónicos), drones aéreos y submarinos, helicópteros no tripulados, sistemas de guerra electrónica, armas láser (terrestres y marítimas), etc. También mostró su poderío aéreo, aunque ocultó (por el momento) los dos modelos de su avión de sexta generación, el Chengdu J-36. Y de todo ello, lo que más ha sorprendido a los analistas militares extranjeros es que en este desfile se han mostrado, por primera vez, los misiles intercontinentales (estratégicos; es decir, portadores de armas atómicas), como parte de la tríada nuclear de China que se complementa con el nuevo bombardero furtivo de largo alcance (el Xian H-20) y los submarinos estratégicos.

 Conclusiones de ambos eventos

  • China ha creado con los BRICS+ y la OCS un bloque de países que, ejerciendo su soberanía, comparten el anhelo de desarrollo, prosperidad y de hermandad entre los pueblos a través de un comercio justo y un absoluto respeto a la identidad, libertad e integridad de todos los pueblos.
  • China no ha creado y promovido el grupo de los BRICS+ y la OCS para constituir un bloque económico-militar que enfrente al G7 o a la OTAN. Porque ni China ni sus socios buscan la supremacía en ningún campo y menos aún el dominio. ¡Ojalá pudiésemos decir lo mismo de las potencias occidentales!, ya que buena parte de ellas sueñan con crear o recrear tiempos imperiales.
  • Las organizaciones que lidera China están profundamente relacionadas con lo que hoy en día se llama el Sur Global y que antes era el Tercer Mundo. Eran y son naciones ricas en recursos naturales que artificialmente han sido empobrecidas por un capitalismo salvaje, de cuño occidental, como nueva forma de dominación colonial. China, por el contrario, ha invertido en estos países en lo más importante: infraestructuras vitales: seguridad, sanidad, educación, puertos, carreteras, etc., y ha hecho un importante transvase tecnológico. Esto implica que dichos países en pocos años irán superando la pobreza extrema que les aflige y que, no pocos de ellos, a medio plazo, se podrán convertir en verdaderas potencias regionales, porque podrán explotar racionalmente sus propios recursos naturales, su tecnología estará madura y serán países muy poblados por ciudadanos muy jóvenes que pronto se convertirán en una clase media pujante.
  • China, ni ha inventado “la trampa de la deuda” ni la emplea: ese honor es íntegramente del FMI, que para eso fue creado, y que ha empleado esa argucia para estrangular, manipular y dirigir la economía y política de muchos países desde un cómodo despacho en Washington.
  • China jamás volverá a ser humillada y casi destruida por ninguna potencia extranjera. Las potencias que organizaron “el reparto de África” y que posteriormente quisieron hacer lo mismo con China fracasaron, porque se enfrentaron directamente en Europa iniciando la Primera Guerra mundial. Así que el pueblo chino ha aprendido la lección, por eso modernizan y amplían su ejército. No es para intimidar a nadie, ni para colonizar el planeta: esos deseos supremacistas y coloniales no están en el ADN chino, aunque sí en el nuestro. Sólo hay que abrir un libro de historia contemporánea o antigua para constatar la miríada de conflictos que los distintos imperios occidentales han protagonizado en Europa y en el resto de continentes, escribiendo con sangre la mayoría de las fronteras entre países.
  • China no es un peligro ni para Occidente ni para el mundo en general: no articula ni financia ni dirige grupos terroristas; no organiza “revoluciones de colores”; no fomenta el separatismo; no se entromete en la política de ningún país, y tampoco “se asocia con cárteles de la droga”.
  • China tampoco hace revisionismo histórico como se le acusa, pero sí reclama, con toda la razón, que la historiografía deje de estar escrita por la élite anglosajona que tergiversa los acontecimientos históricos para convertirlos en películas de Hollywood, como es el caso de las leyendas negras españolas (fabricadas ad hoc por los enemigos del extinto Imperio español); la leyenda rosa de la Conquista del Oeste; el hundimiento del Maine; el incidente de la bahía de Tonkín, etc.
  • China exige respeto y trato igualitario (simplemente lo que ellos mismos dan a todos los países y que parece bastante razonable), pero el supremacismo occidental jamás mostrará respeto a quienes consideran inferiores ni aceptarán tener un enemigo potencial, llámese Rusia o China.
  • China ya ha puesto pie en pared en Tianjin, con la Cumbre de la OCS, y en Beijing, con la Conmemoración y el desfile militar. Dado el transcurso de la guerra arancelaria y de la guerra de Ucrania, la debilidad de las economías europeas, el aumento desbocado de la impagable deuda estadounidense y la mala salud del dólar, el futuro inmediato es profundamente incierto. La caída del Imperio estadounidense ya hace unos años que ha comenzado. Sólo deseo que no nos arrastre a todos por el sumidero.

En resumen, China (que no deja de recibir nuevas solicitudes de admisión a los BRICS+), nos guste o no, nos lo creamos o no, es el adalid del progreso humano en todos los campos. Con la grandiosa Conmemoración del 3 de septiembre de 2025 del 80º aniversario de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y de la Guerra Mundial Antifascista, China ha proclamado a los cuatro vientos su orgullo nacional y se ha mostrado ante el mundo como un ejemplo de dignidad nacional y de verdadera cooperación entre los pueblos.

La victoria estratégica de China en los actos de Tianjin y de Beijing es inapelable, y su victoria es la victoria del Sur global (los países que más han sufrido el colonialismo corporativo occidental). Esto explica la complejidad del momento histórico en que nos encontramos.

Todos los países socios de China lo son motu proprio y en uso de su soberanía. ¿Existe en Europa autonomía estratégica en la Unión Europea o en el G7, o lo único que hay es obediencia ciega al Gran Hermano? La paz es voluntad de varios, países o bloques, pero la guerra (en todas sus modalidades) es solamente voluntad de uno. Honrar debidamente a los mártires de la Guerra antifascista es conditio sine qua non para crear una verdadera comunidad de Destino Compartido. El modelo imperial nacido en 1945 se hunde, mientras emerge el modelo del Destino Compartido. La emergencia de un nuevo paradigma geopolítico y económico siempre implica el binomio construcción-destrucción, por lo que vivimos en tiempos convulsos en que el futuro se está escribiendo sin un Occidente, que sigue aferrado al modelo imperial. De él depende adherirse a una verdadera comunidad internacional entre iguales o sucumbir ahogados en su propio orgullo y supremacismo.