Sánchez viaja a Beijing para reunirse con Xi Jinping en plena escalada en la guerra arancelaria

El presidente del Gobierno busca esta semana, en mitad de una escalada en la guerra comercial iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acercar más las relaciones entre España y China, atraer inversiones, sobre todo en lo que a coche eléctrico se refiere, y convertir a España en un puente entre la Unión Europea y el país asiático. Una labor, la principal, que lo llevará a reunirse con el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, este viernes. Acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, José Luis Albares, y el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, Sánchez, que también hará una parada en Vietnam, pretende fortalecer los lazos que lleva forjando desde que en 2018 asumió la presidencia del Gobierno.

Esta visita, que estaba programada antes de que Trump revolucinara la economía mundial con aranceles al país asiático del 54% y a la Unión Europea del 20%, llega en un momento crucial para el desarrollo de las economías mundiales, en un contexto en el que la fuertes medidas proteccionistas de Trump pueden, como ya advierten organismos internacionales, llevar a una fuerte recesión de las economías.

Con esta visita, que llega tan solo siete meses después de la última reunión que mantuvieron Jinping y Sánchez en Beijing, ya son cuatro las veces (2018, 2023, 2024) que el presidente del Gobierno ha viajado hasta China para fortalecer unas relaciones con un país que, según datos de la CEOE, es el primer destino en Asia para las exportaciones españolas. En concreto, son más de 14.500 empresas las españolas que exportan a China, siendo China en 2023 el cuarto socio comercial de España y su segundo proveedor de bienes, así como el duodécimo cliente para sus exportaciones. Esto hizo que en 2023, el comercio bilateral entre España y China alcanzara un volumen monetario que superó los 51.822 millones de euros.

Pero las relaciones comerciales entre España y China llevan varios años con una tendencia creciente, algo que el Gobierno de Sánchez quiere mantener con esta nueva visita tras volver en septiembre del viaje, del que formó parte Cátedra China, con acuerdos firmados con diferentes empresas como, por ejemplo, con Envisión, con quien alcanzó un Memorando para el desarrollo de una planta de electrolizadores para producción de hidrógeno verde en España para generar 1.000 empleos directos e indirectos. Además, esa segunda entrevista que tuvo con Jinping en el Gran Palacio del Pueblo de Beijing coincidió con la tensión arancelaria de China con la Unión Europea, donde España protagonizó un papel de interlocutor entre ambas partes. 

Sea como fuere, las exportaciones españolas a China han evolucionado en los últimos años desde los más de 6.799.689 de euros contabilizados en 2019 hasta superar en 2022 los 8 millones de euros. Y aunque las exportaciones descendieron a los casi 7,5 millones de euros en 2024, según datos del Ministerio de Comercio, el Gobierno mantiene la confianza en las cada vez mayores colaboraciones entre organismos públicos y privados de ambos países para incrementar los negocios con el país asiático. Más teniendo en cuenta que pese a la bajada, las cifras son muy superiores a las de 2018, y que, además, en 2021 las exportaciones alcanzaron los 8,6 millones de euros.

Aunque lo cierto es que el valor de las importaciones españolas desde China son mucho más relevantes que las exportaciones, teniendo en cuenta que en 2024 sumaron, según datos del Ministerio, 45.174 millones de euros y que incluso en 2022 esta cifra ascendió a los 49.860 millones de euros. Es por lo que uno de los principales objetivos del viaje es, según fuentes del Gobierno, reducir el enorme desequilibrio comercial existente entre ambos países.

Unas inversiones por las que Pedro Sánchez puso en el foco desde sus primeros meses al frente del Gobierno, protagonizando a finales de 2018 una visita en la que buscó fortalecer las relaciones comerciales, especialmente en productos como alimentos, vino y tecnología así como atraer inversiones chinas a España con la firma de acuerdos de colaboración en diferentes sectores como la automoción, la universidad o la energía renovable. Unos viajes, no obstante, que reflejan el interés del actual Gobierno por fortalecer las relaciones a tenor de las visitas y viajes a China. Mientras que Sánchez ya ha visitado hasta en cuatro ocasiones el país asiático, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero tan solo fueron una vez cada uno. 

Esto es uno de los factores que explican que la inversión china en España superara los 131 millones de euros tanto en 2023 como en 2024, según datos de DataInvex, algo muy alejado de los 95 millones de inversión china en España que se registró en 2021. Y es que España, también por la posición geoestratégica, ha sido vista como un mercado atractivo para los inversores chinos, especialmente en sectores como la energía renovable y la automoción como, por ejemplo, que BYD fabrique sus vehículos eléctricos en la antigua fábrica de SEAT en Zaragoza o el acuerdo por el cual la antigua planta industrial de Nissan en Barcelona se haya convertido en la Ebro Factory, propieda de la empresa china Chery y la catalana EV-Motors, que fabrica un nuevo modelo de coche eléctrico.

Así, durante esta nueva visita, donde el presidente estará acompañado por el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, la delegación española se reunirá con empresas chinas con fuertes intereses en invertir en España, más teniendo en cuenta el estado de las relaciones actuales entre ambos países, justo  en el año en el que se celebra el 20 aniversario de la creación de la Asociación Estratégica Integral firmada por ambas naciones en 2005. Dicha celebración es también el motivo por el que los Reyes viajarán a finales de este año a China tras la invitación por parte de Xi Jinping efectuada en el viaje que Sánchez realizó a China en septiembre.