Tencent es uno de los gigantes tecnológicos más importantes del mundo, y aunque su nombre nos resulte menos familiar que empresas como Google o Meta, no tiene nada que envidiar a los gigantes americanos.
Se fundó en 1998 y es conocida por ser la empresa detrás de WeChat (Weixin en China), la superaplicación que utilizan más de 1.300 millones de usuarios prácticamente para todo, desde mensajería hasta pagos móviles, noticias y servicios del gobierno.
Pero Tencent es también líder mundial en videojuegos, con una cuota del 50% del mercado chino y propietaria de estudios internacionales como Riot Games (League of Legends) y participaciones en Epic Games (Fortnite). Para entender su importancia, solo en el tercer trimestre de 2025 ha obtenido ingresos que superan los 27.000 millones de dólares.
Pero Tencent ha expandido su influencia más allá del entretenimiento digital hacia áreas estratégicas como la inteligencia artificial, la computación en la nube (Tencent Cloud) y, algo muy importante: la conservación y digitalización del patrimonio cultural chino.
En este aspecto, el gigante tecnológico chino Tencent, está liderando una revolución silenciosa para transformar este patrimonio en una experiencia viva, interactiva y accesible a nivel mundial.

Durante la Tercera Conferencia sobre la Integración del Desarrollo Cultural y Tecnológico de la Franja y la Ruta a la que asistí el 18 de noviembre de 2025, Fang Tengfei, vicepresidente de Tencent Cloud y responsable de Turismo Cultural Inteligente, desveló la estrategia de la compañía para fusionar la tecnología de vanguardia con la preservación cultural, dirigida a un futuro donde la historia no solo se recuerda, sino que se experimenta.
La visión de Tencent, según Fang, se basa en una filosofía simple pero muy potente: «La cultura es nuestra raíz, la tecnología es nuestro barco».
Con este enfique, la empresa ha ido construyendo un ecosistema digital integral para el patrimonio cultural, en tres etapas:
Etapa 1: Conectar personas con cultura
La fase inicial de Tencent se centró en derribar las barreras geográficas y económicas que impiden a millones de personas acceder a tesoros culturales.
El ejemplo más importante de esta etapa es su colaboración con las Cuevas de Mogao en Dunhuang, un sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO que alberga algunos de los mejores ejemplos de arte budista del mundo.
Las Cuevas de Mogao, situadas en un oasis en el borde del desierto de Gobi, son extremadamente frágiles. El dióxido de carbono exhalado por los visitantes daña los murales milenarios, lo que obliga a una estricta limitación del número de turistas.
Para abordar este problema, Tencent lanzó iniciativas como «Enciende Mogao», una experiencia digital que permitía a los usuarios iluminar virtualmente los murales y explorar sus detalles desde cualquier parte del mundo.
Además, desarrollaron herramientas de IA que permitían a los usuarios diseñar sus propios pañuelos con patrones de Dunhuang y probárselos virtualmente, conectando la estética antigua con la moderna.
Etapa 2: Tecnología avanzada para conservación y restauración
La segunda etapa de la estrategia de Tencent supuso el uso de tecnologías más avanzadas no solo para mostrar, sino para conservar y restaurar el patrimonio cultural.
Destacan proyectos como la digitalización de un tramo de un kilómetro de la Gran Muralla en alta resolución que permite a los usuarios «participar» en su restauración y que fomenta el sentido de propiedad y responsabilidad, o el desarrollo de un modelo de IA para descifrar las inscripciones en los huesos oraculares, la forma más antigua de escritura china, ayudando a los académicos a expandir el conocimiento de esta escritura antigua.
Con estos proyectos se pasa de una simple digitalización a una «interpretación digital», donde la tecnología se convierte en una herramienta indispensable para arqueólogos e historiadores.
Etapa 3: IA Generativa y el futuro de la experiencia cultural
La fase más reciente y futurista de la visión de Tencent se centra en el poder de la IA generativa para crear experiencias culturales completamente nuevas y personalizadas.
«La IA generativa nos permite pasar de “leer libros” a “preguntar a los libros”. Podemos transformar textos antiguos en interlocutores inteligentes, permitiendo a los usuarios hablar directamente con la sabiduría del pasado», exponía Fang Tengfei, Vicepresidente de Tencent Cloud durante su intervención.
Las aplicaciones que Tencent está explorando incluyen avatares que pueden guiar a los visitantes de lugares históricos, crear de entornos históricos inmersivos a (con menos costes de los métodos tradicionales) o transformar objetos de museo estáticos en artefactos interactivos que pueden contar su propia historia.
El hecho de que un gigante tecnológico preste tantísima atención a la cultura y a preservar y dar a conocer el patrimonio cultural, pone de manifiesto, una vez más, que China tiene una mentalidad completamente distinta en lo que a la adopción de la IA se refiere y con una mayor estrategia y planificación.
Al combinar el respeto por la historia con una maravillosa adopción de la tecnología, Tencent no solo está asegurando que el pasado de China sobreviva, sino que está garantizando que prospere y siga siendo relevante para las generaciones futuras.


