China y los BRICS frente al FMI y el Banco Mundial

BRICS+ es una asociación de naciones emergentes que busca promover la cooperación y el diálogo entre ellos en diversas áreas, como la economía, la política y la cultura.

El grupo BRICS fue creado en 2006 por Brasil, Rusia, India y China y se formalizó en 2009 con la inclusión de Sudáfrica. Desde entonces, los líderes de estos países se reúnen anualmente en una cumbre BRICS para discutir temas de interés común y fortalecer la colaboración entre ellos. En 2024 se han incorporado al grupo Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos e Irán constituyendo lo que se ha dado en llamar BRICS+.

Estos países representan una parte significativa de la población mundial (el 44,49 %), y de los recursos naturales y el producto interior bruto (PIB) global. El grupo de naciones BRICS+ representa más de un tercio de la producción económica mundial (el 36,45 %), y su producción combinada es notablemente mayor que las economías del Grupo de los Siete (G7) (Estados Unidos, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Japón y Reino Unido).

Además, BRICS+ ha creado instituciones financieras como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), también conocido como el Banco de Desarrollo BRICS, que tiene como objetivo proporcionar financiación para proyectos de desarrollo en los países miembros y en otras economías emergentes y en desarrollo. El Banco de Desarrollo BRICS es una alternativa directa a las estructuras transnacionales como el FMI y el Banco Mundial.

En estos momentos hay numerosos países que han expresado su interés por incorporarse a BRICS: Argelia, Bahrein, Bangladesh, Bielorrusia, Zimbabue, Kazajstán, México, Nigeria, Nicaragua, Pakistán, Senegal, Siria, Sudán, Tailandia, Túnez, Turquía, Venezuela y Uruguay. Además de una parte de estos países, en la reunión del año 2023 celebrada en la cumbre de Sudáfrica participaron como invitados los jefes de Estado de Indonesia, Camboya, Malasia y Uzbekistán.

Un papel clave de los BRICS+ es que representan un contrapeso al poder geopolítico y económico de Occidente. En organismos internacionales como las Naciones Unidas, han coordinado sus esfuerzos para abogar por una reforma del Consejo de Seguridad, que refleje mejor las realidades del mundo actual. Además, han promovido la diplomacia multilateral, facilitando el diálogo y la cooperación entre las economías emergentes y en desarrollo.


Otro campo en el que estos países también están asumiendo un papel más activo es en la gobernanza global, abordando desafíos comunes como el cambio climático, la seguridad alimentaria y la pobreza. A través de iniciativas conjuntas y foros multilaterales, el grupo está tratando de moldear la agenda global en áreas clave que afectan a los países en desarrollo.


A medida que los BRICS+ amplían su membresía y establecen nuevas alianzas con países de Asia, África y América Latina, su influencia geopolítica se extiende. Estas alianzas estratégicas les permiten actuar como una voz unificada en defensa de los intereses del Sur Global, oponiéndose a lo que perciben como el dominio unilateral de las potencias occidentales.

El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) es un banco de desarrollo multilateral orientado a la cooperación Sur-Sur, establecido y dirigido por economías en desarrollo y emergentes. La estructura de gobierno del NBD es radicalmente diferente a la del Banco Mundial (BM). Todos sus miembros tienen los mismos derechos de voto y ningún país tiene derecho a veto. Nada que ver con las instituciones financieras internacionales del FMI y el BM, donde los países desarrollados del G7 (Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido) tienen una amplia mayoría para tomar todas las decisiones, a pesar de no contar con el peso económico para hacerlo, ni desde luego con la población mundial de la que solo son una pequeña parte. En términos de inversión y financiación, el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) utiliza las monedas locales de los países miembros, lo que reduce efectivamente el riesgo de tipo de cambio de los proyectos de préstamo e impulsa los mercados de capital locales.

Las adhesiones al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) ampliarán los horizontes del Banco que podrá financiar más proyectos en monedas nacionales, fortaleciendo los mercados nacionales y protegiendo a los clientes del riesgo de las fluctuaciones del tipo de cambio.

A medida que los BRICS+ continúan creciendo en número e influencia, tienen el potencial de desempeñar un papel crucial en la creación de un nuevo orden mundial multipolar. Esto implicaría no solo un mayor protagonismo en las instituciones internacionales existentes, sino también la creación de nuevas plataformas y mecanismos de cooperación que reflejen las aspiraciones de las economías emergentes.


En relación con la integración económica regional y global los BRICS+ están en condiciones de promover acuerdos de libre comercio, facilitando la movilidad de capitales y personas, y mejorando la cooperación en investigación y desarrollo. Estos esfuerzos no solo fortalecerán la posición económica del grupo, sino que también contribuirán a un crecimiento más equitativo y sostenido a nivel mundial.


Finalmente, estos países están en una posición única para influir en la reforma de la gobernanza global. A través de su pertenencia a instituciones como el FMI, el Banco Mundial y la ONU, el grupo puede abogar por una representación más justa de los países en desarrollo, promoviendo un sistema internacional más equitativo y balanceado.


Los BRICS+ están emergiendo como un bloque influyente y dinámico en la economía y la geopolítica mundial y con el potencial de remodelar el orden global en las próximas décadas. A medida que el mundo avanza hacia una estructura más multipolar, los BRICS+ podrían convertirse en un pilar central en la búsqueda de un mundo más justo, inclusivo y sostenible.

Con el desarrollo de los BRICS+ es patente el avance en el proceso de desdolarización del sistema financiero internacional y el nacimiento de un nuevo paradigma en el mundo de las finanzas capaz de organizarse de una forma cooperativa entre todos los países, sin la hegemonía norteamericana, orientada al apoyo de los países del sur y estableciendo políticas de gobernanza social basadas en el respeto a los diferentes sistemas sociales y políticos de cada país.