China y Estados Unidos, tras un fin de semana de negociaciones en Ginebra, han dado un primer paso para rebajar la guerra comercial tras pactar una suspensión parcial de los aranceles de 90 días y rebajarlos de manera recíproca un 115%. De esta forma, Beijing reducirá los gravámenes hasta el 10% y Estados Unidos rebajará los impuestos a China hasta el 30%. El acuerdo, que se ha dado a conocer este lunes de manera conjunta por ambos Gobiernos, fue alcanzado entre el viceprimer ministro de China, He Lifeng, y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott, quienes ya anunciaron este domingo que habían dado “avances significativos” y habían calificado de “productivas” unas conversaciones para lograr un “comercio equilibrado”.
Ambos Gobiernos, además, acordaron el establecimiento de un mecanismo de consultas comerciales y económicas para rebajar las tensiones y construir sobre el diálogo una resolución al conflicto económico. Para ello, China y Estados Unidos seguirán reuniéndose para profundizar en el acuerdo y evitar una escalada qué tensiones aún más las relaciones y la economía mundial.
Este acuerdo, que ha llegado la misma semana que el alcanzado este Estados Unidos y Reino Unido, se ha logrado en el primer encuentro que mantenían los dos gobiernos desde que Donald Trump impusiera a China unos aranceles del 145% por, en un primer momento el bajo control que para EEUU China hacía del fentanilo y, después, por la “emergencia nacional” que, según Trump, sufría Estados Unidos por el déficit comercial. Pero pese a todo, el propio representante estadounidense afirmó este domingo, tras finalizar el encuentro, que quizá las diferencias no estaban tan alejadas con respecto a China.
Así, China, que desde el primer momento apostó por el diálogo para resolver las diferencias con Estados Unidos, volvió a poner en relieve la necesidad de un diálogo sincero y con respeto para una buena relación entre los países, que no solo beneficiara a ambas economías sino a la estabilidad mundial.