El Calibrador de Estrellas

Sin China no se puede comprender un mundo en el que sólo se sobrevive aprendiendo de las experiencias ajenas. ¿Cómo han logrado los chinos convertirse en superpotencia en sólo cuatro décadas? ¿Qué funciona bien en China y cómo? ¿Hay algo en su sistema que pueda inspirarnos a perfeccionar y fortalecer nuestra democracia? 

En definitiva: ¿Qué podemos aprender nosotros de los chinos?

Porque un Occidente en declive padece de una preocupante resistencia al cambio en un momento histórico decisivo en el que China es ya el mayor agente de transformación global y el líder de la región asiática exporta ultracompetitividad, representa otra forma de mirar el mundo, de plantearse diferentes preguntas a Occidente y de resolver de manera distinta los mismos dilemas que ya nos ocupan a nosotros, Julio Ceballos – gran conocedor de China – pone el foco, en su nuevo ensayo, en los aprendizajes que puede inspirarnos el gigante asiático. Tras explicar en su anterior libro – “Observar el arroz crecer” – por qué es importante comprender China y desentrañar su compleja realidad, el autor ofrece en “El calibrador de estrellas”, un manual de buenas prácticas chinas para mejor gestionar el cambio que promete este siglo XXI a nivel geopolítico, empresarial y ciudadano. A lo largo de las próximas décadas vamos a ser testigos de transformaciones tecnológicas, científicas, sociales, geopolíticas y económicas mayores a aquellas vividas por un ser humano en ningún otro momento histórico anterior. 

La pérdida de nuestra posición geopolítica dominante y la creciente multipolaridad nos obligan a una imprescindible autocrítica para convivir con diversas potencias y sistemas diferentes al nuestro. En esta tesitura, las lecciones cruzadas son inevitables y debemos mejorar nuestras herramientas si queremos garantizar un futuro competitivo, fortalecer nuestra relevancia global, mantener nuestro bienestar y ejercer de polo de estabilidad en el mundo. Entender qué funciona bien en la mayor y más antigua meritocracia del planeta es crucial. 

Nuestro modelo político – liberal, democrático, multipartidista y participativo – se ha mostrado eficaz, útil, benévolo y resiliente, pero también susceptible de adaptación para sobrevivir ante opciones alternativas. Nuestro sistema es más fuerte cuando es eficaz. Requerimos una autocrítica honesta y una voluntad decidida de corregir ciertas taras que lastran nuestro sistema. Competir no excluye aprender y negarnos a analizar el éxito de China es una muestra de arrogancia y debilidad. La rivalidad no excluye el aprendizaje y extraer lecciones inspiradas en un competidor tan formidable resulta imprescindible para fortalecer nuestra posición en el mundo. No parece lógico pensar que Occidente ya tiene las respuestas a todas las preguntas (ni siquiera todos los interrogantes), ni que hemos alcanzado la perfección y nada podemos aprender de los logros ajenos (incluso si no son occidentales). El aprendizaje es una estrategia pragmática clave para ser más competitivos. 

Por ello, Ceballos invita en “El calibrador de estrellas” a una reflexión que parte de tres premisas básicas: 

1. estamos obligados a convivir y competir con China y otras superpotencias emergentes en un mundo cada vez más multipolar, 

2. nuestro sistema democrático liberal no es perfecto y padece una serie de taras que lastran su competitividad y amenazan su mera supervivencia 

3. aunque el modelo chino es inexportable a Occidente (pues desvirtuaría muchos de nuestros valores irrenunciables), ciertas soluciones chinas pueden inspirarnos lecciones útiles para fortalecer nuestro modelo y hacerlo más eficaz y duradero.

Con un enfoque pragmático, dejando a un lado el debate geopolítico e ideológico, el autor ofrece un catálogo convincente de herramientas, procesos, sistemas y medidas para corregir algunos de los problemas que aquejan a Occidente y que, adaptadas a nuestro marco de derechos, podrían ayudar a buena parte de los sistemas democráticos a alcanzar su máximo potencial. 

Algunas de esas virtudes, factores de ventaja competitiva y soluciones de éxito que hay detrás de los logros chinos, ofrecen lecciones – útiles, adaptables y compatibles con nuestro sistema – sobre qué funciona, cómo y por qué. “El calibrador de estrellas” explora 18 “plug ins”, pues estos aprendizajes son “parches” que complementan y añaden funcionalidades al sistema que mejoran, sin alterarlo: en el eje del catálogo de las 18 propuestas está el fortalecimiento de la educación. Además, Ceballos plantea definir un proyecto de Estado consensuado y un plan a largo plazo para lograrlo que incorpore el talento meritocrático en la política, fortalecer la cultura educativa y el valor del esfuerzo, fomentar el afán de superación e incentivar la competitividad como herramienta de mejora continua, innovación y emprendimiento, promover la lectura e impulsar la alfabetización digital, el optimismo tenaz y responsable, el patriotismo educativo, regular el desarrollo ético de la IA, mejorar la ciberseguridad y la defensa de la “biosfera digital” o incorporar hábitos saludables a nuestro día a día, son algunas de las 18 propuestas de “El calibrador de estrellas”.

Con estilo ameno, pragmático, constructivo y optimista, Julio Ceballos, gran conocedor de la realidad china, identifica lecciones que puedan convertir a nuestro mayor competidor en nuestro mejor maestro. Aunque las diferencias ideológicas entre ambos sistemas – el modelo chino y el occidental – son innegables y no deben diluirse, Ceballos nos anima a revisar las perspectivas occidentales más convencionales para mejor enfrentar los desafíos que nos promete el futuro. La emulación no significa importar prácticas incompatibles con los valores rectores de nuestro modelo, pero ignorar las políticas que han beneficiado a otros y negarse a adaptarse es una buena manera de seguir perdiendo.

Aprender no equivale a copiar. Sin reconciliar valores, legitimar ni glorificar un modelo chino lleno de imperfecciones y aspectos criticables, pero extrayendo prácticas útiles que complementen nuestros principios fundamentales. El mejor modo de superar la inquietud que genera el ascenso de China es mejorar nuestro propio modelo y el mayor riesgo, no aprender del valioso repositorio de sabiduría que representa China y seguir dandole la espalda sin intentar, además de comprenderla, emplearla como fuente de inspiración. 

No existe actualmente un lugar del mundo del que podamos aprender más que el gigante asiático.

El Calibrador de Estrellas. Ensayo/No-ficción (Ed. Ariel/Grupo Planeta) se publica el 12 de marzo. La presentación tendrá lugar en Madrid el jueves 13 a las 19:00 en la Fundación Carlos de Amberes (C/Claudio Coello, 99).