Sobre la mentalidad china de pensar a largo plazo y los Planes Quinquenales

En julio de 1956, la Primera Fábrica de Automóviles de Changchun, provincia de Jilin, produjo el primer automóvil fabricado en la República Popular China. Este logro fue un atisbo de los 156 proyectos clave esbozados en el Primer Plan Quinquenal del país (1953-57). 

En 2024, gracias a los altos niveles de automatización y fabricación inteligente, la fábrica del gran productor chino de automóviles BYD en Shenzhen, provincia de Guangdong, fue capaz de producir un nuevo vehículo eléctrico cada minuto, lo que ha puesto de relieve los avances en la fabricación de alta gama que se detallaron en el XIV Plan Quinquenal (2021-25).

El Plan Quinquenal de Desarrollo Nacional y Económico está considerado un documento clave para el progreso económico y social de China a medio y largo plazo. En él se esbozan los objetivos generales del país, las principales tareas y la orientación de las políticas en los distintos sectores a lo largo de un periodo de cinco años.

El uso de planes a medio y largo plazo para guiar el desarrollo económico y social es una clara ventaja del sistema de gobierno chino, ya que proporciona la continuidad y estabilidad necesarias para alcanzar con éxito los objetivos fijados.

Desde el lanzamiento del Primer Plan Quinquenal, estos planes no sólo han guiado el desarrollo transformador de China, sino que también han evolucionado para adaptarse a las condiciones y retos de cada época, y una de sus principales características es la incorporación de objetivos cuantitativos, de manera que no sólo se hace hincapié en la planificación, sino también en la aplicación y la evaluación.

¿Y cómo se elaboran estos planes? Una sesión plenaria del Comité Central del PCCh presenta sus propuestas para la formulación del plan. A continuación, el Consejo de Estado, máximo órgano administrativo del Estado, prepara un borrador del plan, que posteriormente es revisado y aprobado por la Asamblea Popular Nacional, el órgano legislativo nacional de China, antes de su publicación oficial y puesta en marcha. A lo largo de todo el proceso, se tienen muy en cuenta las aportaciones públicas y las opiniones de los expertos. Este proceso suele durar varios años (unos tres aproximadamente). 

China está ahora elaborando su XV Plan Quinquenal, que abarcará el periodo 2026-30. El documento servirá como una de las principales hojas de ruta hacia el objetivo de modernización de China para 2035. Como parte del proceso de redacción, el 20 de mayo se inició una consulta pública en línea de un mes de duración, y las opiniones y sugerencias recogidas servirán de referencia para la toma de decisiones por parte de la dirección central. 

El XV Plan Quinquenal de China se comprometerá a lograr nuevos avances en innovación científica y tecnológica, modernización industrial, desarrollo ecológico y bienestar de la población, según la información disponible. La planificación se centrará en el objetivo de lograr la modernización socialista, con vistas a construir un gran país y avanzar en el rejuvenecimiento nacional. 

El reto primordial será mantener un crecimiento a velocidad media-alta, siendo la insuficiencia de demanda efectiva un riesgo especialmente grave. Para afrontarlo, las estrategias clave incluyen, en primer lugar, desarrollar nuevas fuerzas productivas de calidad para estimular el consumo mediante la generación de una nueva demanda, y dar prioridad a la estabilidad del empleo con el objetivo de garantizar la base de ingresos para la seguridad financiera de los hogares. Presentado por primera vez en 2023, el concepto de “nuevas fuerzas productivas de calidad” se refiere a la productividad avanzada que trasciende el modo de crecimiento económico y las vías de desarrollo tradicionales, y se caracteriza por tecnologías de vanguardia, alta eficiencia y alta calidad, por lo que se ajusta a la nueva filosofía de desarrollo de China. En segundo lugar, deben darse pasos importantes en la búsqueda de la prosperidad común, mejorando la distribución de la renta, impulsando el poder adquisitivo de los grupos de renta media y baja e invirtiendo en el bienestar público.

El plan, que adapta los esfuerzos de desarrollo de China a las situaciones cambiantes, es vital no sólo para garantizar el éxito continuado del impulso modernizador chino, sino también para el desarrollo estable de la economía mundial. En este sentido, el nuevo plan quinquenal de China puede proporcionar a la economía mundial una certidumbre sin parangón, un ancla fundamental en un momento en que el mundo se enfrenta a una profunda imprevisibilidad.

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