La Fundación Cátedra China reivindica la memoria histórica de la Guerra de Resistencia China en el 80º aniversario de la Segunda Guerra Antifascista

Durante un encuentro moderado por el patrono de la Fundación Cátedra China, Antonio Segura, se recordó que mientras que en Europa se considera que la Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939 con la invasión de Polonia, China llevaba ya años enfrentándose a Japón

Con motivo del 80º aniversario de la Segunda Guerra Antifascista, la Fundación Cátedra China celebró este jueves una charla-coloquio en la que se reflexionó sobre la magnitud y las consecuencias de la guerra de resistencia china contra la agresión japonesa, un episodio que, como manifestaron el profesor universitario y asesor experto de la Fundación Cátedra China, Pablo Sanz Bayón, y el analista geopolítico y asesor experto de la Fundación, Fernando Moragón, sigue siendo «una de las grandes tragedias humanas del siglo XX» y a la vez un momento de la historia «injustamente invisibilizado y borrado» por parte de Europa y los valores euroatlánticos. «Hay que realzar, recuperar y hacer justicia histórica», destacó Sanz Bayón, quien puso en valor que China si ha hecho ese ejercicio de memoria histórica.

Durante un encuentro moderado por el patrono de la Fundación Cátedra China, Antonio Segura, se recordó que mientras que en Europa se considera que la Segunda Guerra Mundial comenzó en 1939 con la invasión de Polonia, China llevaba ya años enfrentándose a Japón, primero con la invasión de Manchuria en 1931 y después, desde 1937, en la llamada Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa. Por ello, por este periodo de tiempo en el que murieron más de 30 millones de personas y hubo otros miles de millones de heridos, Sanz Bayón recordó que el Ministerio de Educación chino introdujo la denominación de ‘Guerra de resistencia de los 14 años’ para abarcar el conflicto completo entre 1931 y 1945, cuando China logró la victoria con la rendición de Japón. 

«Estamos hablando de unas cifras escalofriantes que se han ignorado durante mucho tiempo», subrayó el ponente tras exponer que son diferentes fuentes históricas, también historiadores procedentes de Occidente como, por ejemplo de Reino Unido, quienes coinciden en el número de víctimas de este conflicto. No solo dejó víctimas militares sino que en torno al 70% fue población china, y causó desplazamientos, episodios de pobreza y hambruna, como el episodio de la hambruna de la provincia de Henan entre el 1942 y 1943, en la que murieron de inanición entre dos y tres millones de personas. Unos episodios que, a pesar de todo, y como denunció Moragón, no han llegado a conocerse.

«Quien más sabe de la guerra chino-japonesa son los chinos, porque dependemos de lo que nos quieran contar los inspiradores occidentales, que son muy subjetivos porque tienen un mal conocimiento de la hegemonía que ellos llaman el Pacífico», continuó al asegurar que la única información que hay aquí es la que han trasladado los grandes medios de comunicación y Hollywood, quienes han dado la versión americana de la historia», a pesar de que el escenario principal fue China «no las islas donde combatieron los estadounidenses».

En la charla, además, puso sobre la mesa que la tasa de mortalidad de los prisioneros de la guerra fue altísima, teniendo en cuenta que solo 56 prisioneros de guerra chino fueron liberados tras la rendición de Japón. «Antes de la rendición se ocuparon de eliminar a todos los guerreros chino», afirmó tras recordar la política de tierra arrasada, una política aprobada por el emperador Hirohito, que supuso casi tres millones de muertos en China. Era una táctica militar japonesa en la que se dice, explicó, que era «matar a todos, quemarlo todo y saquearlo todo».

Juicios de Tokio

Pero durante la ponencia, también se abordó la guerra bacteriológica, llevada a cabo sobre todo por la Unidad 731. Así, se recordó que en un simposio sobre los crímenes de la guerra bacteriológica del ejército imperial japonés celebrado en 2002 ya se estimó en 580.000 el número de muertos. «La guerra bacteriológica fue brutal», recordó Bayón al denunciar que muchos criminales de guerra quedaron impunes tras «el cierre en falso» de los Juicios de Tokio por la intervención del general Douglas MacArthur. Una visión de la historia muy poco contada en Europa y por la que Bayón reiteró que entre el 60 y el 80% del ejército japonés estaba en China. 

A pesar de ello, tal y como explicó Moragón, quien denunció que en Occidente nunca se ha reconocido el sacrificio del pueblo chino ni el papel del Partido Comunista chino a lo largo de estos años por motivos ideológicos y geopolíticos, la posguerra se caracterizó por la impunidad de los criminales de guerra japoneses y el olvido internacional del papel de China. «Hubo una operación de blanqueamiento. Muchos criminales fueron recuperados para la política», señaló. Uno de los ejemplos fue Mamoru Shigemitsu, ministro de Asuntos Exteriores durante la guerra, quien tras una condena de siete años, tras los Juicios de Tokio fue indultado y, tras su liberación, regresó a la política en 1954. 

Otro de los aspectos que se abordó durante la charla, en la que también se repasaron momentos claves del conflicto como la masacre de Nankín, donde en tan solo unos meses entre 1937 y 1938, entre 200.000 y 300000 civiles fueron asesinados. Además, Moragón destacó el tema de las ‘mujeres de consuelo’, un eufemismo usado para describir a las mujeres que eran forzadas a la esclavitud sexual por parte del ejército japonés. «20000 mujeres chinas fueron violadas por tropas japonesas».