Mientras que para China el dragón representa sabiduría, fuerza y paz, y está vinculado al poder imperial, en Occidente se asocia con el fuego y el miedo. Ese fue el ejemplo con el que Álvaro Paños, colaborador de la revista de la Fundación Cátedra China, ilustró durante el Foro sobre Intercambio y Desarrollo Cultural en el Ciberespacio de la Cumbre de Wuzhen de la Conferencia Mundial de Internet la importancia de que la traducción cultural vaya más allá de la mera traducción lingüística, profundizando en la interpretación de los significados culturales.
Este aspecto es fundamental, señaló el experto, apoyándose en su experiencia profesional en China como editor de la versión en español de China.org.cn, para evitar malentendidos derivados de las diferencias culturales y favorecer una adecuada difusión de la historia china.
Para Paños, el auténtico intercambio cultural no consiste solo en compartir un idioma común, sino en conectar corazones y mentes. En sus palabras, la esencia de la comunicación intercultural reside en lograr una resonancia espiritual.
Además, subrayó la importancia de atender no solo a la traducción literal de los términos, sino también a la denominación de lugares y objetos. En ocasiones, explicó, los nombres asignados desde Europa han desvirtuado su sentido original. Ejemplo de ello es el caso de Xizang, que exploradores europeos denominaron Tíbet. Paños señaló que prefiere utilizar Xizang, pues se trata del concepto histórico de la región tibetana y refleja de forma más real su herencia cultural y sus raíces.
Por todo ello, en una conferencia en la que destacó el creciente interés del mundo hispanohablante por China, Paños abogó por profundizar en los intercambios culturales, de modo que los chinos comprendan mejor a Occidente y los extranjeros entiendan mejor a China. Un intercambio intercultural que ayude a fomentar las relaciones, la cooperación y el desarrollo.


