Más de un centenar de expertos en gobernanza, relaciones internacionales e Inteligencia artificial de China y varios países europeos han celebrado este miércoles, 25 de junio, el Seminario Internacional ‘Derechos humanos en la Era Digital e Inteligente’, un espacio de diálogo organizado por China Society for Human Rights Studies y la Fundación Cátedra China en el que a través de conferencias y mesas redondas, los diferentes expertos han dado un nuevo paso en la cooperación entre civilizaciones y han sentado las bases para conseguir que la tecnología, tal y como trabaja China el desarrollo y la innovación, no esté por encima de las personas. Es decir, que las personas no sean marginadas en un mundo que se enfrenta a una “encrucijada enorme” pero que debe unirse por trabajar para desarrollar los derechos humanos a la par que apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial. Un campo en el que China apostó por integrar internet y la IA con la economía real para construir una china digital, aunque siempre con los derechos humanos en el centro de las políticas. Es por lo que, por ejemplo, China ha construido el primer marco regulatorio global que incluye toda la vida de la Inteligencia Artificial, permitiendo así cumplir con el objetivo de que la tecnología sirva al ser humano.
Durante el seminario China-Europa sobre Derechos Humanos, se ha puesto en común la necesidad de establecer los límites de la tecnología, porque si bien es un gran aliado para el desarrollo y aporta puntos positivos para la economía y el avance de las civilizaciones, esto no puede dejar de lado los logros alcanzados por la humanidad en cuanto a derechos humanos, libertades y justicia que han regido a la población a lo largo de los años. Una revolución donde la protección de los derechos humanos consiste en redefinir los límites entre tecnología y derechos humanos.




En este sentido, a pesar de los miles de kilómetros que separan China y Europa, como han quedado demostrado una vez más, ambas civilizaciones deben trabajar de manera conjunta para hacer que la brecha digital causada por el avance tecnológico no crezca sino que se disminuya. Un trabajo por el que, según los ponentes, debe luchar por regular unas tecnologías que no deben sustituir la esencia del ser humano. “No se trata solo de desarrollar una Inteligencia Artificial sino asegurarnos de que esta tecnología sea justa, transparente y al servicio del bien común”, alineada con la idea de construir una sociedad de futuro compartido.

Durante un seminario que celebra en Madrid su décima edición tras haber pasado desde 2015 por países europeos y China y que ha se ha establecido como una plataforma de cooperación entre China y Europa en el ámbito de los derechos humanos, el embajador de la República Popular de China en España, Yao Jing, puso de relieve la importancia que el Gobierno de China da la protección de los derechos humanos, centrándose en el derecho a la subsistencia y al derecho del desarrollo como el centro de los derechos humanos para abrir un camino adaptado a la realidad del pueblo chino. Una materia que, tal y como ha apuntado, el presidente de China, Xi Jinping, siempre ha buscado una gestión de gestión y gobernanza de derechos humanos internacionales más justos y equilibrados para conseguir una comunidad de futuro compartido. Es por lo que tras repasar que China ha logrado eliminar la pobreza absoluta y tras instalar el mayor sistema de seguridad social del mundo, Yao Jing aseguró que todas las transformaciones, incluida la digital, impulsadas por China parten de la bese de los intereses del pueblo chino para resolver problemas más reales de la vida para procurar una vida feliz para todo el pueblo.
El embajador de China en España ha defendido que teniendo en cuenta que la tierra es el lugar común del ser humano, las civilizaciones y los diferentes pueblos deben apostar por un camino de aprendizaje mutuo ante una realidad donde el desarrollo de la Inteligencia Artificial se está acelerando y por la que salvaguardar e impulsar los derechos humanos es la causa común de toda la humanidad. “Debemos ir hacia una dirección más integradora e inclusiva”, aseguró en su discurso de apertura de un foro que no solo ha servido para poner en relieve los pasos que hay que dar para respetar los derechos humanos a la par que se dan avances significativos en el ámbito tecnológico, sino que también ha quedado de manifiesto que el seminario es un nuevo impulso para intensificar aún mas las colaboraciones entre China y Europa, que este año celebra el 50 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre China y la Unión Europea.
Por su lado, la directora de la Fundación Cátedra China, Marta Montoro, ha asegurado que lo que se ha reafirmado con la celebración del seminario es que el futuro de la humanidad no se puede escribir de espaldas a China, a la par que el futuro digital del ser humano no puede construirse sin diálogo, sin equidad, sin una visión integradora del desarrollo. Tras poner en valor la apertura de China al mundo, iniciada por el presidente Deng Xiaoping en 1978, y que ha permitido al país asiático convirtiese en el motor del desarrollo global del siglo XXI, Montoro ha destacado la “adaptabilidad” como uno de los valores más notables del modelo chino. “Un modelo donde el individuo no es un ente aislado, sino parte de una comunidad; un modelo que huye de hegemonías y de imposiciones, que cree en un desarrollo común donde nadie se queda atrás”, continuó Montoro en un seminario en el que el presidente de Cátedra China, Marcelo Muñoz, denunció el conocimiento “malo” que hay en España sobre China precisamente porque no se respetan los derechos humanos de igualdad y libertad cuando se habla del país asiático. En este sentido, puso en valor la labor que realiza la Fundación, que apuesta porque se hable de China con más pluralidad y conocimiento, teniendo en cuenta la transformación del país en los últimos 40 años.
Durante la jornada, se ha puesto en valor los pasos dados por China y Europa por proteger la identidad y privacidad del individuo a la par que se apuesta por la tecnología. Una gobernanza que debe ser, quedó reflejado, “mutua, global y que apuesta por la justicia social y con dignidad para todos los pueblos”, en palabras de Montoro, quien concluyó asegurando que “ningún algoritmo puede sustituir la dignidad, que ningún desarrollo puede justificar la desigualdad y que ningún progreso debe dejar atrás a niños, mujeres, mayores y a los pueblos del Sur Global”.
Un progreso, no obstante, que, a juicio de las ponencias, debe ser regulado, sin rebasar los límites de la libertad de expresión, pero teniendo en cuenta que la inseguridad digital, por ejemplo, es un aspecto importante para promover los derechos humanos en la era digital. Así, recordó que China, que propuso la estrategia de integrar internet y la Inteligencia Artificial con la economía real para construir una china digital, ha abordado en la práctica la protección de los derechos fundamentales mediante legislación digital, al igual que ha elaborado leyes relacionadas con la protección de derechos digitales como la ley de seguridad de datos, a la par que ha establecido el principio de consentimiento informado.








Unos problemas surgidos a raíz del desarrollo tecnológico y que son comunes a todos los países, por lo que el vicepresidente de China Society for Human Rights Studies, Lu Quanjing, ha llamado a construir entre todo el mundo un ecosistema digital inclusivo e igualitario, teniendo en cuenta que la brecha digital ha surgido, también en parte por las diferencias en el nivel de desarrollo de los países. Así, ha asegurado que nadie puede quedar atrás en el avance tecnológico, par lo que se requieren “esfuerzos conjuntos”. “La comunidad internacional debe actuar con espíritu de apertura y en beneficio mutuo para el desarrollo del mundo digital e impulsar el desarrollo de toda la comunidad. Una manifestación compartida por el presidente de la Universidad del Suroeste de Ciencias Políticas y Derecho, y decano del instituto de Derechos Humanos, Lin Wei, quien ha apostado por el “dialogo igualitario” entre los gobiernos para proteger la identidad del individuo frente a la Inteligencia Artificial. Es por lo que para hacer que la tecnología realmente sirva para el bienestar del pueblo, Lin Wei ha remarcado que China y Europa tienen que cooperar para conseguir una comunidad de futuro compartido y liderar así el futuro de los derechos humanos digitales del mundo”.
Y es que a juicio del representante del partido Laborista británico, Neil Davidson, las consecuencias del desarrollo digital pueden afectar a la verdad, a la función de la sociedades y al desarrollo económico, por io que ha apostado por una regulación de las tecnologías que paralice los aspectos negativos pero que no afecte a derechos humanos básicos como la libertad de expresión. Pero ha remarcado que la sociedad debe ser consciente “del daño que la tecnología pueda hacer a la sociedad si está abierta para todos”. Así, “el mundo digital y el aumento de la IA es un ámbito más donde hay un gran alcance de posibilidades de cooperación basándose en el entendimiento mutuo entre las civilizaciones”.
Pero para este cambio en la sociedad, donde China y Europa coinciden en la necesidad de regular el uso de la tecnología para asegurar y defender los derechos humanos, los jóvenes, en palabras de Laura Suero, miembro del Claustro Junior de la Fundación Cátedra China, deben formar parte de esta regulación, porque “sin un marco ético y legal adecuado corremos el riesgo de entrar en la pérdida de privacidad y violar los derechos humanos. “La cooperación entre instituciones en este conectó global demuestra que el dialogo y el entendimiento mutuo son básicos para afrontar los retos de la IA, teniendo encuesta que la tecnología no sabe de respeto ni sabe de amor”.
Durante toda la jornada, diferentes miembros de instituciones europeas y chinas, expertos, gobernantes y académicos, 40 procedentes de China y más de 80 de diferentes países europeos, han dialogo y expresado sus ideas para lograr avances en la gobernanza global y en la defensa de los derechos humanos en la era digital. Un camino que no puede ser sustituido, según los ponentes, por la tecnología y donde los humanos deben servirse de las tecnologías para avanzar y nunca hacer que las tecnologías sobrepasen a la humanidad.