Durante las últimas dos semanas he tenido el honor de colaborar con varios profesores de la Universidad de Deportes de Beijing (BSU), una institución académica emblemática estrechamente vinculada al Movimiento Olímpico. Mi experiencia allí no solo ha fortalecido el vínculo de mi universidad -la Universidad Rey Juan Carlos- con China, sino que también me ha permitido constatar una vez más la excelencia y el compromiso que caracterizan a las universidades del país asiático (en 2023 realicé una estancia en la Universidad de Deportes de Tianjin con una ayuda del programa José Castillejo).
La Universidad de Deportes de Beijing, fundada en 1953, se ha consolidado como un pilar fundamental en la formación de profesionales del deporte. Durante este mes de diciembre he colaborado con el profesor Zheng Hui, Vicedecano de la Escuela de Educación e Intercambio Internacional de la universidad, cuya visión y liderazgo han sido esenciales para el desarrollo de muy diversas actividades (asesoramiento académico, organización de seminarios, promoción de nuevos proyectos, etc.). Juntos, hemos analizado las avances del deporte en China y hemos buscado nuevas formas de colaboración en el ámbito universitario. Las conversaciones con el profesor Zheng han sido sumamente enriquecedoras y me han permitido, entre otras cosas, identificar similitudes y diferencias entre España y China.
Uno de los aspectos más destacados de mi estancia ha sido la interacción con los alumnos de la Universidad de Deportes de Beijing. Me ha impresionado su alto nivel de preparación y de idiomas. La mayoría de los estudiantes dominan el inglés y muchos hablan español con fluidez, lo que refleja el compromiso con la internacionalización de una universidad que cuenta con excelentes profesionales y magníficos recursos materiales. Las instalaciones académicas son de vanguardia, con aulas y salas de conferencias equipadas con pantallas táctiles y tecnología avanzada que facilita un entorno de aprendizaje interactivo y moderno.
Las instalaciones deportivas de la universidad también son de primer nivel, proporcionando a los estudiantes que se dedican a la práctica del deporte un espacio adecuado para su desarrollo. La Universidad de Deportes de Beijing ha sido y es la cuna de numerosos deportistas de élite, entre los que destaca Ma Long, para muchos el mejor jugador de tenis de mesa de la historia. Su trayectoria y logros son un testimonio del compromiso de China -y de sus universidades- con la excelencia deportiva y el desarrollo del talento.
Durante el tiempo que he estado en el país he utilizado prácticamente a diario las infraestructuras ferroviarias chinas. El sistema de trenes de alta velocidad que conecta las ciudades de Tianjin y Beijing -separadas por algo más de 100 kilómetros-, me ha permitido ir de una ciudad a otra en menos de 30 minutos, viajando con todo tipo de comodidades y sin perder la conexión a internet. El tren y, posteriormente, el metro -en ambas ciudades- no solo facilitan la movilidad y la vida fuera de la capital, sino que también son un ejemplo del nivel de desarrollo de las infraestructuras del país, que juegan un papel clave en su crecimiento económico y social.
Aunque la verdad es que, más allá del nivel académico de la Universidad de Deportes de Beijing y de las infraestructuras y los avances tecnológicos del país, lo que más me ha conmovido es la calidez y hospitalidad del pueblo chino. He disfrutado de la familia -mi mujer nació en Tianjin- y he tenido la oportunidad de reflexionar dentro y fuera de casa sobre el honor y los valores que inspiran la actividad deportiva.
Este viaje ha sido una experiencia inolvidable que ha fortalecido mis lazos con China y ha abierto nuevas perspectivas para futuras colaboraciones en el ámbito universitario.