秋光 (Qiūguāng) es el título del reportaje fotográfico que realicé durante mi viaje a China en noviembre de 2024, fruto de una experiencia vivida entre la vibrante ciudad de Shanghái y los paisajes más serenos de la provincia de Jiangxi. Estas imágenes formarán parte de una exposición que se celebrará próximamente en colaboración con el Centro Cultural Chino en Madrid y la Fundación Cátedra China.
Gracias a la colaboración entre la Fundación Cátedra China y la Embajada de la República Popular China en España, fui seleccionado para participar en el programa para Jóvenes Sinólogos organizado por la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái (SASS) y la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghái (SISU), en su campus de Songjiang, dentro del gran área metropolitana de la ciudad.
Durante esta estancia también tuve la oportunidad de viajar a Jingdezhen, en Jiangxi, cuna de la porcelana china, donde pude conocer de cerca una industria artesanal que representa la pervivencia de una tradición milenaria y una ética del trabajo basada en la perfección y la concentración absoluta.
Tras años de interés por la historia, la realidad política y socioeconómica de China, este viaje supuso una oportunidad única para observar y reflexionar in situ sobre una civilización estatal que ha evolucionado de manera asombrosa. Entender un país pasa necesariamente por conocerlo. Solo cuando uno camina por sus calles y conversa con su gente, los prejuicios comienzan a resquebrajarse.
Las fotografías que componen 秋光 recogen escenas cotidianas de Shanghái desde la mirada de alguien apasionado por la antropología y por la aplicación de técnicas etnográficas como forma de aproximación al otro. Intento mirar como lo haría un niño: con asombro, sin filtros, con esa curiosidad fresca ante lo desconocido.
De entre los cientos de imágenes digitales y las decenas de tomas analógicas que capturé, este artículo solo muestra una pequeña selección a modo de anticipo de la exposición.
Para organizar las fotografías decidí agruparlas según el tipo de luz que las envuelve. La luz, en China, tiene una textura particular: húmeda, densa, cargada de vida. Esa atmósfera húmeda, tan propia de la desembocadura del río Huangpu y del Yangtsé, envuelve tanto el paisaje como la cámara. También es una luz que pesa, que marca el ritmo de la ciudad y su biodiversidad exuberante.
La exposición se estructurará en cinco momentos del día, cinco tonalidades lumínicas que dialogan con el tiempo y la emoción:
- 晨光 / Chén guāng / Luz de la mañana
(Primer alba, pureza que despierta) - 午光 / Wǔ guāng / Luz del mediodía
(Cenit radiante, verdad sin sombras) - 夕光 / Xī guāng / Luz de la tarde
(Oro líquido, tiempo que se derrite) - 暮光 / Mù guāng / Luz del anochecer
(Último suspiro del sol) - 月光 / Yuè guāng / Luz de la noche
(Plateado silencio sobre la tierra dormida)
De mi viaje a China regreso con ideas, imágenes, inspiración, y sobre todo, con nuevos amigos y amigas chinas con quienes compartí largas conversaciones en el marco de un programa que nos unió como en un “gran hermano” intelectual y humano. Hablamos de diferencias y de semejanzas, de estereotipos y realidades, y de cuánto puede cambiar la percepción cuando se mira de cerca, con atención y con respeto.